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Críticas de los estrenos de cine del 22 de noviembre

Análisis de los estrenos de cine de esta semana: Jerónimo José Martín y Juan Orellana comentan “Los Juegos del Hambre: En llamas”, “Plan en Las Vegas”, “Una familia de Tokio”, “Metro Manila”, “Heli”, “La por (El miedo)”, “Temporal”, “Camille Claudel, 1915”, “Una esvástica sobre el Bidasoa” y “Mount St. Elias”.

Los juegos del hambre: en llamas

Los juegos del hambre: en llamas

cope.escope.es

Tiempo de lectura: 14'Actualizado 26 may 2017

Los Juegos del Hambre: En llamas (The Hunger Games: Catching Fire) **** (7,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Francis Lawrence. Intérpretes: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Elizabeth Banks, Woody Harrelson, Toby Jones, Philip Seymour Hoffman, Jena Malone, Amanda Plummer, Sam Claflin, Jeffrey Wright. Guion: Michael Arndt y Simon Beaufoy, basado en la novela de Suzanne Collins. EE.UU. 2013. Ciencia-ficción. 146 min. Jóvenes.

La trilogía que inició en 2008 la estadounidense Suzanne Collins con “Los Juegos del Hambre” se ha convertido recientemente en la saga literaria más vendida de la historia en Amazon, por delante de los libros de “Harry Potter”. Sólo en Estados Unidos lleva vendidos más de 50 millones de ejemplares. A día de hoy, la versión fílmica de esa primera novela, dirigida en 2012 por Gary Ross, ha recaudado en todo el mundo casi 700 millones de dólares, 408 de ellos en la taquilla norteamericana. Con estas premisas, se comprende la enorme expectación que había ante la adaptación al cine del segundo libro de la saga, “En llamas”, dirigido esta vez por el estadounidense nacido en Viena Francis Lawrence (“Constantine”, “Soy leyenda”, “Prosperity”, “First Night”, “Agua para elefantes”). El propio Lawrence ya está rodando la tercera y última entrega, “Sinsajo”, que se estrenará en dos partes a finales de 2014 y de 2015. Por el momento, “En llamas” es más vibrante y emotiva que el filme de Ross.

Conviene recordar que la acción de esta distopía futurista se desarrolla en la nación de Panem, formada por los restos de Estados Unidos después de una terrible guerra, y dirigida dictatorialmente desde el Capitolio. Como táctica de intimidación y sádico divertimento televisivo, todos los años el gobierno obliga a cada uno de los doce distritos del país a enviar a un chico y a una chica de entre 12 y 18 años como tributos de los Juegos del Hambre. En el letal campo de batalla, los chavales deben luchar y matarse entre ellos hasta que sólo quede un superviviente. Todo ello, seguido en directo por millones de espectadores. Tras romper las reglas tradicionales, ganaron la Edición 74 los tributos del paupérrimo Distrito 12, dedicado a la minería: Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) —una aguerrida adolescente, huérfana de padre y experta arquera, que se ofreció voluntaria en lugar de su hermana menor—, y Peeta Mellark (Josh Hutcherson), el intachable y cariñoso hijo de un panadero, que se ganó el corazón de Katniss durante la traumática experiencia. Ambos fueron entrenados y aconsejados por Haymitch Abernathy (Woody Harrelson), antiguo campeón, que se había convertido en un borracho aparentemente inútil.

En esta nueva historia, Katniss y Peeta regresan al Distrito 12 en olor de multitudes. Pero están allí muy poco tiempo, lo justo para que Katniss se reconcilie con su amigo de la infancia Gale Hawthorne (Liam Hemsworth), que también pretende a la chica. En todo caso, los populares ganadores dejan enseguida a sus familias y amigos para embarcarse en el Tour de la Victoria por los diferentes distritos, donde rendirán homenaje a los familiares de los caídos durante el último torneo. A lo largo de su periplo, ambos se dan cuenta de que comienza a gestarse una revolución, alentada en gran medida por la desafiante rebeldía de la pareja durante el macabro torneo. Pero el dictatorial Presidente Snow (Donald Sutherland) reprime con dureza los primeros brotes y, aconsejado por el siniestro nuevo Vigilante Jefe, Plutarch Heavensbee (Philip Seymour Hoffman), anuncia que, en los Septuagésimo Quintos Juegos del Hambre (El Vasallaje), sólo competirán ganadores de otras ediciones, sean cuales sean sus edades. Así que Katniss y Peeta quizás tengan que luchar a muerte entre sí.

Recreado con una ambientación, una fotografía, un vestuario y una música de altísima calidad, de nuevo resulta atractivo el abigarrado cóctel retrofuturista característico de la trilogía, lleno de sugerentes referencias históricas —los juegos olímpicos, los gladiadores del circo romano…—, literarias —la mitología griega, la leyenda de Robin Hood…—, fílmicas —“Deliverance”, “Acorralado”, “El Show de Truman”, “La isla de los condenados”, “Battle Royale”…— y de actualidad. Pero esta vez, ese despliegue logra una mayor intensidad narrativa y emocional gracias a que Lawrence abandona el agitado hiperrealismo cámara en mano de Ross, y ofrece una puesta en escena más elaborada, variada y serena, a ratos espectacular, pero con un tratamiento más elíptico de la violencia, una menor atención al decadente ambiente hedonista del Capitolio, una radical reducción de los guiños a la saga “Crepúsculo” y una permanente vigilancia a la evolución dramática de los personajes, todos ellos magníficamente interpretados. Así, Jennifer Lawrence y Josh Hutcherson dan un paso adelante respecto a la primera entrega, y logran unas cuantas secuencias absolutamente conmovedoras en su exaltación de la amistad leal, el trabajo en equipo, el compromiso con la dignidad humana, el sentido del sacrificio y la rebeldía frente a la opresión. De hecho, tras el intensísimo desenlace abierto, el espectador se queda ansioso por ver cuanto antes “Sinsajo”, la conclusiva tercera parte de la saga. Habrá que esperar un año para ver su primera mitad. J. J. M.



Plan en Las Vegas (Last Vegas) —

FICHA TÉCNICA.- Director: Jon Turteltaub. Intérpretes: Robert De Niro, Morgan Freeman, Michael Douglas, Kevin Kline, Mary Steenburgen, Jerry Ferrara, Romany Malco. Guion: Adam Brooks y Dan Fogelman. EE.UU. 2013. Comedia. 105 min. Adultos.

Billy (Michael Douglas), Paddy (Robert De Niro), Archie (Morgan Freeman) y Sam (Kevin Kline) son amigos desde la infancia. Cuando Billy, el eterno soltero del grupo, decide casarse con su novia treintañera (Bre Blair), los cuatro se van a Las Vegas con la idea de olvidarse de su edad y revivir sus días de gloria. Pero al poco de llegar, descubren que Sin City (La Ciudad del Pecado) también ha cambiado con el tiempo, y que los años no pasan en balde para los amigos. El “Rat Pack” (Sinatra y compañía) reinó en el Sands, y ahora el Cirque du Soleil manda en el Strip. Además, la cantante Diana (Mary Steenburgen) conecta demasiado con Billy, y Paddy también se fija en ella. Con semejantes obstáculos, ¿conseguirán conquistar Las Vegas estos cuatro amigos ya septuagenarios, o casi?

Su distribuidora —Universal— no ha mostrado a la prensa especializada esta comedia con reparto de lujo, dirigida por el irregular cineasta neoyorquino Jon Turteltaub (“Elegidos para el triunfo”, “Mientras dormías”, “Phenomenon”, “Instinto”, “The Kid (El chico)”, “La búsqueda”, “La búsqueda: El diario secreto”, “El aprendiz de brujo”). Por el tráiler, parece una especie de versión geriátrica de “Resacón en Las Vegas”, de tono desmelenado, frívolo y procaz. Así lo ha subrayado una buena parte de la crítica estadounidense. “Chirría más que una cadera artrítica”, señalaba Scott Foundas en “Variety”. Por su parte, Scott Bowles la definía en “USA Today” como “un ‘Resacón’ con hemorroides que reúne las suficiente carcajadas como para ser aceptable, aunque no memorable”. Finalmente, A. O. Scott señalaba en “The New York Times”: “Si la ves esperando una experiencia emocionalmente atractiva y algo sorprendente, te sentirás decepcionado. Pero si quieres el equivalente a un anticuado programa televisivo de variedades puede que no te lo pases tan mal”. Quizás por todo eso no nos la han enseñado a los críticos españoles. J. J. M.



Una familia de Tokio (Tokyo kazoku / Tokyo Family) **** (8,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Yôji Yamada. Intérpretes: Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Satoshi Tsumabuki, Yû Aoi, Yui Natsukawa, Masahiko Nishimura, Tomoko Nakajima, Shozo Hayashiya. Guion: Yôji Yamada y Emiko Hiramatsu. Japón. 2013. Drama. 146 min. Jóvenes.

Un director japonés afamado y octogenario, Yoji Yamada, al que debemos magníficas obras como “El ocaso del samurái” (2002) o “La espada oculta” (2004), rinde homenaje a su maestro Yasujiro Ozu, ofreciendo un personal remake de su obra maestra “Cuentos de Tokio” (1953) sesenta años después.

La película se acerca a la vida de la familia Hirayama, encabezada por los abuelos Shukichi (Isao Hashizume) y Tomiko (Etsuko Ichihara). Estos viven de manera muy tradicional en una isla alejada de Tokio. Pero un día deciden viajar a la capital y pasar unos días con sus hijos. El mayor de ellos es Koichi (Masahiko Nishimura), casado, con hijos, y médico de profesión. La segunda es Shigeko (Tomoko Nakajima), casada también, que tiene una peluquería. Y el último, “la oveja negra”, es Shuji (Satoshi Tsumabuki), que monta decorados para el teatro. Tiene una novia maravillosa, Noriko (Yu Aoi), con la que aspira a casarse, pero teme la oposición de Shukichi, que siempre ha considerado a su hijo un fracasado.

La película hace gala de una sencillez extrema, como si la cámara fuera un silencioso testigo de la vida familiar, en la que lo cotidiano tiene el absoluto protagonismo. Dentro de esa sólo aparente banalidad se van desgranando cuestiones importantes como las diferencias generacionales, el contraste entre tradición y modernidad, el sentido de la muerte, pero sobre todo, se describe con mucha autenticidad el profundo sentido de las relaciones familiares. El hermoso desenlace apunta a una verdad a menudo silenciada: las lecciones de humanidad muchas veces vienen de quien menos se espera. J. O (“Alfa y Omega”).



Metro Manila *** (6,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Sean Ellis. Intérpretes: Jake Macapagal, Althea Vega, John Arcilla, Ana Abad-Santos, Miles Canapi, Moises Magisa, Erin Panlilio, JM Rodriguez. Guion: Sean Ellis y Frank E. Flowers. Reino Unido-Filipinas. 2013. Drama. 115 min. Jóvenes-adultos.

Buscando un futuro mejor, Óscar Ramírez (Jake Macapagal), su esposa Mai (Althea Vega) y sus dos hijas pequeñas abandonan los campos de arroz del norte de Filipinas para mudarse a la asfixiante ciudad de Manila. Tras ser víctimas de un pícaro, y sufrir en carne propia la lacerante miseria de la gran urbe, Óscar se considera afortunado cuando le ofrecen un empleo estable en una compañía de furgones blindados. Pero se trata de un trabajo muy peligroso, con un alto índice de mortalidad y en el que abunda la corrupción. Por su parte, Mai acepta un penoso trabajo de camarera en un turbio local, que muy pronto le genera fuertes remordimientos de conciencia. Lo peor es que el matrimonio no sabe qué hacer para salir de la espiral de degradación moral en la que se han metido.

Esta dura película dialogada en tagalo —Premio del Público en la Sección World Cinema del Festival de Sundance 2013— supone un giro radical en la filmografía del inglés Sean Ellis, tras las infumables “Cashback” y “The Broken”. Con la ayuda en el guion de Frank L. Flowers, aquí desarrolla un intenso drama social y familiar de supervivencia, con vigorosos pasajes de thriller policíaco, muy matizado en sus retratos de personajes, rodado con gran vigor visual —la fotografía del propio Ellis es magnífica— e interpretado con apabullante autenticidad. Su tono es hiperrealista, fatalista y un tanto sórdido, sobre todo en su tratamiento de la violencia y el sexo. Pero compensa en parte esa crudeza externa e interna a través de la conmovedora humanidad con que retrata a la sufrida familia protagonista. Una humanidad que acaba abriendo un pequeño portillo a la esperanza a través de la capacidad de lucha y el espíritu de sacrificio que sus convicciones católicas proporcionan a Óscar y Mai. J. J. M.



Heli ** (4,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Amat Escalante. Intérpretes: Armando Espitia, Andrea Vergara, Linda González, Juan Eduardo Palacios. Guion: Amat Escalante y Gabriel Reyes. México-Alemania-Países Bajos-Francia. 2013. Drama. 105 min. Adultos.

Recién casado, Heli (Armando Espitia) malvive en una pobre casa, situada en las afueras de un polvoriento pueblo cercano a Guanajuato. A su cargo están su callada esposa (Linda González), el pequeño bebé de ambos y el padre y la hermana menor de Heli, Estela (Andrea Vergara), de doce años. Mientras la esposa cuida del hogar y la inteligente Estela asiste al colegio, Heli y su padre trabajan en una ensambladora de automóviles. La relativa tranquilidad de todos ellos da un giro trágico cuando Estela se enamora de Beto (Juan Eduardo Palacios), un chico de 17 años que entrena para ser militar y que un día roba dos paquetes de cocaína decomisada, y los esconde en la casa de Heli. Enseguida caerán sobre ellos unos corrompidos policías y varios sicarios del cruelísimo cártel de drogas de la región.

El mexicano nacido en Barcelona Amat Escalante ganó el Premio al mejor director en el Festival de Cannes 2013 con “Heli”, terrible película —inspirada en un hecho real—, con la que completa su personal trilogía en torno a la violencia en México, iniciada con “Sangre” (2005) y “Los Bastardos” (2008). Ciertamente, Escalante despliega en ella una poderosa planificación, reforzada por una agreste fotografía y un montaje audaz. Sin embargo, su trabajo tras la cámara se contagia de la agotadora morosidad narrativa característica de su maestro y coproductor Carlos Reygadas (“Japón”, “Batalla en el cielo”, “Stellet Licht”, “Post Tenebras Lux”). Y se debilita aún más con una dirección de actores manifiestamente mejorable.

De todas formas, lo más criticable de la película es el artificioso nihilismo de su guion —demasiado diseñado con tiralíneas y sin una sola entrada de luz—, así como su morboso tratamiento del sexo —también dosificado con cronómetro— y de la violencia. En este último punto, la película incluye algunas escenas tan explícitas y dilatadas en su brutalidad que resultan inaguantables para cualquiera con un mínimo de sensibilidad. Dicen algunos que están justificadas por su afán de denunciar la violencia endémica, la corrupción generalizada y la creciente devaluación de la vida humana, generadas en México por el narcotráfico y los policías que lo combaten. Pero también cabe pensar que ese salvajismo formal lo único que alienta es más bestialidad y más venganza sobre venganza, sobre todo porque no está matizado en ningún momento por una perspectiva moral presentable. J. J. M.



Temporal *** (6,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: José Luis López González, “Catxo”. Intérpretes: Adrián Lastra, Melani Olivares, Luis Callejo, Natalia de Molina, Nuria Mencía, Alfonso Torregrosa, Maggie Civantos. Guion: Andrés Arias, Pablo Caballero y Pablo Povedillas. España. 2013. Drama. 84 min. Jóvenes-adultos.

Esta película coral relata las tensas veinticuatro horas de cinco personajes anónimos. Su único vínculo de unión es que tienen empleos precarios facilitados por la misma empresa de trabajo temporal, coordinada por la cansada Amelia (Nuria Mencía), que duda si renovar o no su propio contrato. Así, un joven filólogo sin ninguna aptitud comercial (Adrián Lastra) va casa por casa intentando vender “la mejor aspiradora del mercado”. Su torpe camino se cruzará con el de un hombre maltratador (Luis Callejo). Sí tiene dotes como vendedora la joven y extrovertida violonchelista Rosario (Maggie Civantos), que triunfa como sustituta realizando encuestas por la calle. Pero sufrirá la grosera brusquedad de su jefa (Rocío Calvo). Por su parte, la luchadora Melanie (Melanie Olivares), de 43 años, está agotada de su inhumano trabajo en un cutre centro de llamadas. Y también sufre lo suyo Alberto (Alfonso Terregrosa), un ex directivo financiero de 54 años que asiste, entre chicos y chicas que podrían ser sus hijos, a un curso de formación para la atención telefónica de una campaña de Hacienda.

Prestigioso y multipremiado realizador publicitario y televisivo, el madrileño José Luis López González, “Catxo”, debuta con buen pie en el cine con esta tragicomedia negra de historias entrecruzadas, en la que retrata muchas de las dramáticas situaciones laborales generadas por la crisis económica y por un modelo social materialista e insolidario. El sólido guion de Andrés Arias, Pablo Caballero y Pablo Povedillas carga un poco la mano en el tono malhablado de los diálogos, en el componente ideológico de ciertas situaciones extremadas y en la boba secuencia erótica del desenlace. Pero, en general, presenta una atractiva galería de personajes, algunos muy entrañables, con vigorosos conflictos dramáticos y oxigenantes contrapuntos de humor negro. Además, todos ellos están magníficamente interpretados, sobre todo los encarnados por Adrián Lastra, Maggie Civantos y Natalia de Molina.

Por su parte, “Catxo” salta de una historia a otra con gran frescura narrativa, a través de una puesta en escena hiperrealista, de planificación siempre sugerente, y en la que se esmera por filmar con nitidez los incisivos y largos diálogos, al tiempo que saca un gran partido simbólico a todos los grises escenarios donde transcurre la acción. También es elogiable la chirriante banda sonora de El Intruso, que se completa con la espléndida canción “Temporal”, del cantautor madrileño Leiva. Queda así una notable disección social e intimista, desgraciadamente cerrada a la trascendencia, pero que da continuidad a otras buenas películas españolas de temática laboral, como “Smoking Room”, de Roger Gual y Julio D. Wallovits; “El método”, de Marcelo Piñeyro, o “Casual Day”, de Max Lemcke. J. J. M.



La por (El miedo) ** (4,5)

FICHA TÉCNICA.- Director: Jordi Cadena. Intérpretes: Igor Szpakowski, Roser Camí, Ramon Madaula, Alícia Falcó. Guion: Jordi Cadena, con la colaboración de Núria Villazán, basado en la novela “M”, de Lolita Bosch. España. 2013. Drama. 73 min. Jóvenes-adultos.

Manel (Igor Szpakowski) es un adolescente barcelonés de dieciséis años, buen estudiante y leal compañero. Cuenta con el aprecio de sus profesores y con la amistad del entrenador del equipo de baloncesto. Pero es incapaz de contarle a nadie lo que sucede en su casa. Sólo piensa en comenzar a trabajar para sacar a su madre (Roser Camí) y a su hermana pequeña Coral (Alícia Falcó) del infierno que están viviendo por culpa de su maltratador padre (Ramon Madaula).

Tras dirigir “Elisa K” con Judith Colell, el barcelonés Jordi Cadena debuta en solitario con “La por (El miedo)”, en la que adapta la novela “M”, de Lolita Bosch. Cercano a “Solo mía” y otras películas similares, se trata de un sobrio y durísimo drama psicológico en torno a la violencia doméstica, dirigido e interpretado con corrección, pero lastrado por un guion demasiado tópico y previsible, de escaso vigor narrativo y decididamente pesimista. Pesa sobre todo que cuente tan poco de los personajes, de sus antecedentes y motivaciones, de sus ilusiones y traumas. Queda así una espesa exposición de hechos trágicos, sin duda bienintencionada y acertadamente elíptica en su retrato de la violencia; pero confusa en sus idas y venidas en el tiempo, carente de canales de ventilación y demasiado distante del espectador medio. J. J. M.



Camille Claudel, 1915 *** (6)

FICHA TÉCNICA.- Director y guionista: Bruno Dumont. Intérpretes: Juliette Binoche, Jean-Luc Vincent, Emmanuel Kauffman, Marion Keller. Francia. 2013. Drama. 97 min. Adultos.

Tras su fracaso afectivo con su maestro Rodin —del que ha sido amante durante algunos años—, la escultora francesa Camille Claudel (Juliette Binoche) sufre un grave trastorno mental, que le lleva incluso a destruir varias de sus propias obras. De modo que en 1915 es internada por su familia en el hospital psiquiátrico de Montdevergues, al Sur de Francia. Allí ya no vuelve a esculpir, soporta la situación como puede, se refugia en la religión católica y espera ansiosa la visita de su hermano y principal valedor, el poeta, dramaturgo y diplomático francés Paul Claudel (Jean-Luc Vincent).

El siempre discutido cineasta francés Bruno Dumont (“La vie de Jésus”, “L’humanité”, “Twentynine Palms”, “Flandres Hadewijch”, “Hors Satan”) describe esos terribles hechos históricos en esta sombría y compleja película, rodada en un manicomio real, donde Juliette Binoche actuó rodeada de auténticos pacientes con graves problemas mentales. Como casi siempre, la actriz francesa está espléndida, y logra en su esforzada interpretación una veracidad similar a la de los locos reales que la rodean. Por su parte, Dumont la mima con su cámara ultranaturalista, al tiempo que exprime cada rincón de las bellas localizaciones donde han rodado.

De este modo, adquieren cierta entidad dramática los denodados esfuerzos de Camille por mantener un mínimo de cordura, sus conmovedores arrebatos de religiosidad y, sobre todo, su traumático reencuentro con su hermano Paul, el cual, antes de llegar al manicomio, ha reflexionado sobre la lamentable situación de su hermana y sobre sus propios conflictos religiosos, comentándolos a continuación con un joven sacerdote (Emmanuel Kauffman). El problema es que todos esos temas de interés, así como el cálido retrato de las sufridas monjas que atienden el psiquiátrico, los expone Dumont con un minimalismo hiperrealista agotador, cuyo tono difuso e inquietante se agrava con las crípticas reflexiones existenciales de los personajes. Esto hace muy fatigoso el visionado de la película, aunque se intuye que quizás tiene una altura dramática, antropológica y espiritual muy por encima de la media. J. J. M.



Una esvástica sobre el Bidasoa (Esbastika bat bidasoan) **** (7,5)

FICHA TÉCNICA.- Directores: Alfonso Andrés y Javier Barajas. Guion: Javier Barajas. Música: Pascal Gaigne. España. 2013. Documental. 80 min. Jóvenes.

Hendaya, 1940, en plena Segunda Guerra Mundial. El ejército alemán acaba de ocupar Francia, y sus avanzadillas llegan al río Bidasoa. Hasta 1944, el País Vasco se convierte en una zona de descanso de las tropas hitlerianas. En ese contexto, y mientras se suceden las victorias del Tercer Reich, el cineasta alemán Herbert Brieger (“Jetzt erst recht!”) y su equipo se embarcan entre 1941 y 1942 en un insólito proyecto: el rodaje de una película sobre la vida de los vascos. Acabado el conflicto bélico, el filme se pierde y su director cae en el olvido…

Medio siglo más tarde, la profesora Teresa Sandoval, de la Universidad Carlos III de Madrid, descubrió en Berlín la única copia existente de “Im lande der Basken” (“En tierra de vascos”), un enigmático documental, de gran calidad cinematográfica, que muestra a ese pueblo desde la perspectiva racial de los nazis, ligada al plan para construir un nuevo orden territorial en Europa estableciendo alianzas con el movimiento nacionalista vasco y con los representantes de otras etnias con reivindicaciones separatistas. De ahí las negociaciones secretas de diversos dirigentes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) con representantes del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Setenta años después, esas oscuras relaciones del PNV con los nazis salen a la luz gracias al testimonio de los hijos de los protagonistas, al descubrimiento de documentos inéditos y a la memoria de los testigos supervivientes de una época en que el dominio de la esvástica se extendía del Volga al Bidasoa.

Los españoles Alfonso Andrés y Javier Barajas debutan como directores con este notable documental, centrado en hechos históricos muy desconocidos por la opinión pública. La película no depara ninguna novedad relevante ni en su estructura ni en su factura, pero desarrolla con buen ritmo y sentido de la intriga los diversos hilos narrativos que componen el guion. Para ello, los directores ilustran las sustanciales entrevistas a algunos protagonistas, sus hijos, testigos y expertos, así como los fragmentos del diario personal de Roland Lolfler —un policía alemán destinado en el País Vasco Francés—, con valiosísimas fotografías y filmaciones, tanto documentales —entre ellas, gran parte de los 12 minutos que se conservan de “En tierra de vascos”—, como domésticas —del archivo personal de Alberto Bonelli, que fuera cónsul italiano en Bayona—, como de estricta ficción, desplegadas además con un intenso sentido dramático.

Aunque critica con dureza al franquismo y subraya la decidida opción por los Aliados y la Resistencia de los principales líderes del PNV, la película también muestra sin tapujos los jugueteos de otros dirigentes vascos con los nazis, pensando precisamente en el bien futuro de sus reivindicaciones separatistas. Y lo hace siempre con un tono bastante ponderado, más expositivo que ideológico, en el que se adivina la beneficiosa aportación de los principales asesores históricos del filme, los catedráticos de la Universidad del País Vasco Ludger Mees y Santiago de Pablo, que también son entrevistados en el filme. El conjunto se redondea con la sugestiva banda sonora, a cargo del francés afincado en San Sebastián Pascal Gaigne. J. J. M.



Mount St. Elias *** (6,5)

FICHA TÉCNICA.- Director y guionista: Gerald Salmina. Intervienen: Axel Naglich, Jon Johnston, Peter Ressmann, Paul Claus, Steven Siig, Ruedi Homberger, Günther Göberl, Volker Holzner, Beat Kammerlander. Austria. 2009. Documental. 100 min. Jóvenes.

En 2009, Gerald Salmina debutó como director con este impresionante documental, que sigue a tres de los esquiadores de montaña más famosos del mundo —los austriacos Axel Naglich y Peter Ressmann, y el freerider estadounidense Jon Jonhston— en uno de los retos deportivos más peligrosos: escalar el grandioso Mount St. Elias, en el Noroeste de Canadá, muy cerca de Alaska, y descenderlo en esquís desde su cima hasta el mar. De 5.489 metros de altura, la montaña posee el descenso en esquís más largo conocido, de 25 kms., e incluye pendientes de más de 60º de inclinación. En 2002, dos esquiadores estadounidenses fallecieron al intentar esa misma proeza, y sus cadáveres permanecen en la montaña bajo toneladas de nieve, hielo y rocas.

Salmina alarga demasiado el metraje del filme y reitera declaraciones de unos y otros en torno a las dificultades técnicas y meteorológicas de su aventura, los diversos riesgos que corren, el permanente subidón de adrenalina que sufren y la idea de que es la propia montaña quien les permitirá o no culminar su hazaña. De todas formas, la película atrapa al espectador gracias a sus preciosas y espectaculares imágenes, a la tremenda tensión de los momentos más peligrosos de la escalada y los descensos en esquí, y al incisivo retrato de cada uno de los miembros del equipo, con sus habilidades y fragilidades, que son puestas a prueba hasta el mismo límite de la supervivencia. Por cierto, uno de los protagonistas, el esquiador Peter Ressmann, falleció trágicamente el 28 de mayo de 2010 durante una escalada en las montañas austriacas. J. J. M.


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