Reabre un monasterio de Colombia 22 años después de su abandono por la actividad armada en sus proximidades

Las carmelitas descalzas que habitaban el monasterio se vieron obligadas a marcharse por la actividad armada en la zona. Ahora son los Carmelitas Contemplativos quienes lo ocupan

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Han tenido que pasar 22 años, pero el monasterio de San José de la localidad colombiana de Buga ha sido reabierto. En el año 2000, las 19 carmelitas descalzas que habitaban el monasterio se vieron obligadas a abandonarlo con motivo de la actividad armada que imperaba en la zona por parte de grupos ilegales.

Pero el pasado 11 de febrero se inauguró nuevamente el monasterio con el nombre 'Carmelo de San José', con una ceremonia religiosa que presidió el obispo de Buga, José Roberto Ospina Leongómez.

Hoy el monasterio ha sido encomendado a los Carmelitas Contemplativos, una comunidad masculina que tiene como pilares la contemplación de Jesús Eucaristía y la consolación. El espacio fue construido en los años ochenta gracias a la donación del benefactor Francisco Azcárate para las Carmelitas Descalzas.

Las carmelitas ocuparon en un primer momento el lugar hasta que, en el contexto de violencia que vivió Colombia en la época de las guerrillas y los paramilitares, las hermanas se vieron obligadas a abandonar el monasterio en el año 2000. Y es que las proximidades del monasterio se convirtieron en el escondite de los subversivos, quienes eran buscados por las autoridades a través de helicópteros.

Por ello, las amenazas a las hermanas en aquellos años se convirtió en una práctica habitual por parte de estos grupos armados, advirtiéndolas que cerraran las puertas y ventanas.


El superior de los Carmelitas Contemplativos en Buga, el Padre Mauricio, ha manifestado su alegría porque la situación en Colombia haya cambiado en los últimos años, con “momentos de paz y desarme de varios grupos en los últimos años”. “El país es distinto ahora y gracias a la misericordia de Dios varios lugares se están recuperando”, ha sostenido.

El sacerdote también señaló que el trabajo de reparación y mantenimiento del monasterio de Buga ha sido ambicioso: “La comunidad vino días antes de la inauguración y nos hemos alojado aquí en el monasterio para realizar un trabajo constante de pintura, restauración, embellecimiento del lugar y mantenimiento en general”, dijo.

Respecto al futuro, el Padre Mauricio ha comentado que buscan “seguir nuestro carisma, viviendo la vida contemplativa desde la espiritualidad del Carmelo y poder acompañar a las personas en la consolación, a través de nuestra acogida”.

Actualmente, la comunidad de los Carmelitas Contemplativos en Buga está conformada por seis religiosos, quienes vienen realizando jornadas de reconstrucción y restauración del monasterio: “Además combinamos el trabajo físico con nuestra vida contemplativa. Tenemos las oraciones litúrgicas, rezamos todo el Oficio, tenemos dos horas de meditación al día, nuestros momentos de lectura”, agregó.

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