El arzobispo de Bogotá rechaza los actos vandálicos contra la catedral por parte de los partidarios del aborto

El arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), José Luis Rueda Aparicio, ha lamentado los actos vandálicos cometidos contra la catedral y otros templos de la archidiócesis por parte de partidarios del aborto. El prelado expresa en un comunicado su dolor y preocupación por estos hechos, acaecidos el 28 de septiembre en el marco de las marchas convocadas en el llamado «Día de la acción global por un aborto legal y seguro». Durante las protestas, un grupo de mujeres de diferentes colectivos feministas intentaron prender fuego a la puerta de la catedral primada y pintaron su fachada con grafitis.

El pasado mes de marzo, un grupo de personas encapuchadas ya interrumpió una misa en el templo, situado en el centro de la capital. Se subieron a los bancos y ante la mirada atónita de los fieles, que trataron de disuadirles, comenzaron a gritar arengas.

«Exigimos respeto»

«Rechazamos toda forma de violencia en los actos y en las palabras, exigimos respeto civil por parte de los promotores y participantes en las marchas y protestas, solicitamos a las autoridades que garanticen la vida, honra y bienes de la ciudadanía», dice ahora Rueda Aparicio. El arzobispo añade que si bien existe y hay que respetar el derecho a la protesta pacífica, esta debe hacerse siempre por los caminos racionales y humanos.

«Si queremos un verdadero desarrollo humano integral para todos en Colombia, debemos privilegiar el diálogo social y las vías establecidas en las normas constitucionales. Recurrir a las vías de hecho es, en todo caso, un acto que deshumaniza y destruye el tejido social porque obstaculiza la paz y la sana convivencia», señala antes de indicar que la Iglesia no responderá en ningún momento a estos actos vandálicos con violencia.

Fallo sobre el aborto

La Conferencia Episcopal expresó el pasado mes de febrero su rechazo a una sentencia del Tribunal Constitucional (cinco votos contra cuatro) que da luz verde a la despenalización del aborto hasta la vigésima cuarta semana de gestación. Los obispos llamaron entonces en un comunicado a buscar, de manera creativa, «otros caminos» que permitan «salvaguardar la vida de las madres junto con la de sus hijos todavía no nacidos».

«(…) Todo embarazo implica la existencia de otro ser humano, distinto de la madre, en condiciones de indefensión y vulnerabilidad, quien tiene a su vez el derecho de formar parte de la familia humana», recuerda el episcopado.