«Brujas» es un ejemplo de la necesidad del feminismo - Libros a pie de calle
Cubierta de Brujas

«Brujas» es un ejemplo de la necesidad del feminismo

¿Ha llegado la igualdad real? ¿Es por fin la mujer merecedora de los privilegios que ha tenido el hombre a lo largo de la historia?. Mona Chollet intenta dar una respuesta basada en esterotipos de género que se han ido propagando de siglo en siglo. La mujer sola, la que destruye a la familia porque no quiere hijos, las mujeres mayores, etc. La respuesta a esas preguntas es cosa de cada uno, pero es importante planteárselas después del intento de los políticos por apropiarse de esta corriente. Sí, lo han hecho, y esto es algo que trasciende lo político y que, creo, es necesario apoyar. Porque la aversión a la mujer es algo que está sembrado en lo más hondo y se sustenta en una premisa, totalmente falaz, de la que se deduce que todo lo que hagamos es cuestionable. Ahí entra Mona, jefa de edición de Le Monde Diplomatique, con «Brujas, ¿Estigma o la fuerza invencible de las mujeres?».

Su ensayo será fácilmente criticable por quienes se echan las manos a la cabeza cuando en una manifestación suenan cánticos que defienden la libertad de las mujeres a mostrar el aspecto físico que prefieran. Vamos, ir depiladas o no, estar gordas o delgadas, lo típico. Pues hay infinidad de anécdotas en esa línea dentro de estas páginas. Por los que niegan los micromachismos, podríamos decir.

Mona arranca con la persecución a mujeres acusadas de brujería en el siglo XVI hasta rescatar ejemplos actuales de cómo aquellos prejuicios siguen acosándonos. Ojo, que cuando lees un ensayo hay que hacer una lectura crítica porque habrá cosas con las que no estés de acuerdo. Pero qué mejor tarea que ir construyendo una identidad en base a afirmaciones que no respaldamos. Con más razón, en este caso, el feminismo debería ser de verdad un movimiento transversal apoyado por todas.


«Las persecuciones ilustran para empezar el empecinamiento de las sociedades en encontrar regularmente un chivo expiatorio para todos sus males, y encerrarse en una espiral de irracionalidad inaccesible a toda argumentación sensata, hasta que la acumulación de discursos de odio y una hostilidad obsesiva justifican pasar a la violencia física como una legítima defensa del cuerpo social. Las persecuciones ilustran, retomando las palabras de Françoise d’Eaubonne, la capacidad humana para “desencadenar una masacre por un razonamiento digno de un enajenado”»


No hace falta pasar del prólogo para darse cuenta de lo que está hablando Mona. A la mujer se le ha estigmatizado desde hace siglos, acusándola de ser mala, directamente. De ser débil de cuerpo, de espíritu e incluso de mente (irrefutable, esto es una realidad que yo he descubierto leeyendo a coetáneos de Mary Wollstonecraft, por poner un ejemplo que he conocido recientemente). En eso estaban durante las cazas de brujas, a la busca de una señal para poder señalar a cualquiera, con un lunar bastaba. La soledad era la mejor prueba para acusarlas de querer acabar con el matrimonio. Esto hace siglos, pero si ya en los años sesenta, los políticos contrarios al movimiento feminista hablaban de poner en peligro la «estructura patriarcal», qué ha cambiado para que ahora un hombre o una mujer hable de patriarcado y una oleada de críticas le caiga encima.

Con sus espontáneas y naturales reacciones, Mona hace un desglose de la sociedad actual con ejemplos de cómo los prejuicios se han quedado prendados, por ejemplo, en la forma de expresarse. «Así nunca te vas a echar novio», «La tontería se te quita quedándote embarzada» o «¿Estás segura de que no quieres tener hijos?». Bueno, en definitiva la defensa de ciertas situaciones anecdóticas que se han convertido en una lacra y que los contrarios al feminismo tachan de nimiedades para restar credibilidad a quien las combate.

Está claro que yo no estoy de acuerdo en todo lo que recoge este ensayo, pero es fácil encontrar en tu vida similitudes con algunas de esas situaciones anecdóticas que, al final, no lo son tanto. Como ya dije antes, la única forma de reforzar tus creencias es leer sobre aquello que intenta desacreditarlas. Por eso no me parece una mala lectura para cualquiera con un mínimo espíritu crítico, piense lo que piense.


«En cierta medida, el culto a la juventud generalizado afecta a las mujeres y a los hombres, y estos pueden sufrir también los efectos de la edad. Pero la mirada de la sociedad sobre unos y otros es muy distinta. (…) Durante las primarias demócratas para la elección presidencial de 2008 en Estados Unidos, el comentarista conservador Rush Limbaugh declaró, hablando de Hillary Clinton: “Realmente este país tiene ganas de ver envejecer a una mujer ante sus ojos día tras día?”»


«Brujas» es como un juego para las mujeres, pasando cada página intentando identificar casos de alguno de los estereotipos que define Mona. Si tuviera que destacar quizá algo que no me convence es que no hay que olvidar que la autora que hoy nos ocupa es francesa y son abundantes las referencias a materias de su cultura que es evidente que desconozco (cine, ensayo, literatura, prensa, etc; aunque aparece por ahí una Penélope Cruz). Esto me hace pensar que sería interesante que alguna autora española se embarcase en una revisión de nuestra historia para plasmar todos esos prejuicios que nos retratan como ha hecho Mona con su país. Porque habrá a alguien a quien se le ocurra decir que «eso en España no pasa».
 

Cubierta de 'Brujas'
 

Autora: Mona Chollet
Editorial: Ediciones B
Publicación: 2019
Páginas: 250
Precio: 18,90
 

¡A leer!

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