La "revoluZion" Williamson - Con Basket si hay paraíso

La «revoluZion» Williamson

El baloncesto no deja de sorprendernos. En una era de gigantes con el manejo de pequeños, Lebron dirigiendo a los Lakers, Antetokounmpo con sus 2:11 haciendo de base de los Bucks, gigantes tirando de tres abriendo el campo y con gran fiabilidad como tiradores, interiores que son exteriores en una evolución de la especie Porzingis, Brook López y tantos otros, aparece una contrarréplica en el interior de la pintura.  Se llama Zion Williamson, es el número 1 del Draft y hace tan solo nueve partidos que juega en la NBA, pero el imberbe de 19 años es lo opuesto a lo que la NBA venía ofreciéndonos en los últimos años.

Es una suerte de «revoluZion» (perdón por el palabro), un interior pequeño, con la altura de un exterior. Es un ala-pívot pequeño, de apenas dos metros, lo que en los últimos años hubiera invalidado a cualquier jugador para ser interior en la NBA salvo que se adaptara a un puesto exterior. No sólo eso, es un jugador explosivo metido en un cuerpo de 130 kilos y con un trasero que es en sí mismo lastre y herramienta al mismo tiempo.

Se diría viéndole fuera de la pista que con ese físico difícilmente sobreviviría este jugador en una pista de la NBA, pero claro, eso es viéndole fuera de la pista. No se hizo el baloncesto de modelos, sino de jugadores que saben jugar, y si bien el físico es importantísimo lo es mucho más cómo se emplea dicho físico. Williamson es un jugador explosivo, la última leyenda anatómicamente inversa al canon ideal fue el el «gordo» Barkley, un jugadorazo de idéntica altura que Zion y con gran sabiduría en el baloncesto, sabiendo siempre emplear su cuerpo para conseguir ventajas pero con grandes lecturas de juego, más allá del carácter competitivo y díscolo que pudiera mostrar.

Zion es un chaval, un chico recién llegado a la NBA con un desempeño tan abrumador con la universidad de Duke en la liga universitaria que generó una expectativa de mercadotecnia que recordó a la irrupción de Lebron James. Eso se decía, un debut en la NBA tan esperado como no se veía desde el Rey. Para acabar de generar aún más ansiedad en el jugador la lesión en el menisco externo de la rodilla derecha que retrasó su debut en la NBA. Y tan cuidadosos fueron en la franquicia, los Pelícanos de Nueva Orleans, que retrasaron su debut hasta que el jugador hubiera fortalecido de verdad la zona. Han depositado los Pelicans tanto en este jugador, que prefieren no arriesgar con él, lógico. Desde hace nueve partidos Zion está siendo administrado, juega pero no excesivo rato de manera continuada. Está promediando 27 minutos, y en estos primeros encuentros ya promedia 21 puntos. Su última actuación ante Portland ha sido su mejor actuación, con 31 puntos , 9 rebotes y 5 asistencias. Zion es el gran atractivo de los Pelicans, un mejor equipo de lo que indica su clasificación, un equipo que adquiere otro rango cuando Zion está en pista y que con 21 victorias no tiene imposible el playoff ni mucho menos, aun cuando la conferencia Oeste es una salvajada.

El joven Williamson es mucho más rápido de lo que indica su físico, busca el aro para atacarlo de cerca, donde es capaz de imponer su explosividad enfrentándose a pívots que le sacan muchos centímetros. No le importa, se le ve cómodo emparejándose con ellos, con mayor dificultad de espaldas, su predilección es atacarles de cara, por ello se aleja algo para recibir el balón en buenas situaciones para afrontar de cara el aro, y ahí es hábil, inteligente, sabe emplear su cuerpo, no le importa absorver contacto con hombres que fácilmente le podrían taponar si él no fuera el jugador explosivo y listo que es. No es un tirador, pero al margen del tiro de media distancia reconoce que ha tenido tiempo de ir mejorando su lanzamiento en el triple, aunque es donde más margen de mejora tiene.

La revoluZion viene de los pocos centímetros de este ala-pívot en una época de gigantes que juegan como exteriores,  un jugador con predilección por el juego rápido y por jugar por encima del aro. Pero hay mucho más que juego explosivo en su baloncesto. Hay quien opina que tendrá muy difícil mantener el ritmo de la NBA y ser un jugador competitivo y determinante en la mejor liga con tantos kilos, porque el desgaste físico le condicionará y puede provocar problemas en forma de lesiones, ya sea repentinas o por desgaste.

Veremos cuál es el plan de Nueva Orleans con su jugador franquicia, uno de esos jugadores que provoca «ohs» en los aficionados con facilidad pasmosa (y no sólo en sus aficionados), una fuerza de la naturaleza. Un jugador que emplea su tronco y su trasero como un delfín emplearía la cola, como defensa y como ataque. Y todo ello en un equipo en el que Williamson es punta de lanza para jugar rápido y conseguir tambén rápidas transiciones, con lanzadores como Lonzo Boll y Jrue Holiday, tiradores como JJ Redick… es un equipo con margen de crecimiento.
Un fenómeno extraño anda suelto en la NBA, en época de grandotes manejadores, ha llegado un pívot pequeño para demostrarnos que en el baloncesto nunca está todo visto y ni hay uniformidad de modelos, siempre habrá algo nuevo que admirar.

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