El sacerdote que coordinó la ayuda de la Iglesia en Madrid a las víctimas del 11-M: "Un calvario"

Jesús Conde Herranz era en 2004 era delegado de la Pastoral de la Salud en la archidiócesis. Veinte años después recuerda aquella fatídica mañana en TRECE

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El sacerdote Jesús Conde Herranz, era delegado de la Pastoral de la Salud en la archidiócesis de Madrid en 2004. En el momento en el que se produjeron los atentados del 11-Mque costó la vida a 192 personas, el entonces arzobispo Antonio María Rouco Varela y los obispos auxiliares no se encontraban en la calle Bailén, sede del arzobispado madrileño.

El máximo responsable en esos momentos dramáticos en la sede episcopal era Jesús Conde, por lo que envió una nota de prensa a las agencias para condenar el atentado. Son momentos que no se olvidan, por lo que el presbítero ha querido compartir ese recuerdo en el programa 'Especial 11-M' de TRECE con motivo de los veinte años del atentato terrorista.

“Me subí a mi despacho, abrí el ordenador y puse por escrito lo que tenía que decir. Tenía que ser una nota breve, que no estorbara las intervenciones que vinieran después de mí de los obispos, pero con sufiiciente arraigo cristiano y humano. Madrid era ese día la representación del calvario en el mundo”, ha afirmado Jesús Conde.

El operativo de la la Iglesia de Madrid para asistir a las víctimas del 11-M

Una vez enviada la nota a la delegación de Medios de la archidiócesis de Madrid, Jesús Conde puso en marcha todo el operativo de la Pastoral de la Salud para ponerse al servicio de heridos y familiares. “Me puse en contacto rápidamente con los capellanes de guardia de los siete grandes hospitales de Madrid”, ha explicado. Y es que no había tiempo que perder dada la magnitud de la tragedia: “Les pedí por favor que se pusieran al servicio de las urgencias, porque es donde iban a ir llegando las víctimas y los familiares”.

A continuación contactó con las vicarías episcopales para enviar a los voluntarios a Atocha y asistir a las víctimas: “Me quedé en el despacho del arzobispado hasta la una y media de la tarde recibiendo llamadas, hasta que la Consejería de Sanidad nos comentó que ya habíamos habilitado a todo el mundo”, ha recordado.

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Los capellanes, con las víctimas del 11-M: La manera más sencilla era escucharlas

Veinte años después de aquella fatídica mañana, el sacerdote se queda con la ola de solidaridad que trajo consigo el mayor atentado de la historia de España: “La vileza de aquellos que mantan y asesinan se ve compensada por la bondad, por la misericordia, la compasión de aquellos que vienen a restañar las heridas. Es el misiterio del cristianismo”, ha manifestado en TRECE.

Ya durante la tarde del 11 de marzo de 2004, Conde Herranz visitó a los capellanes de los hospitales para conocer de primera mano la situación: “Estuvieron comprometidos para hacer la visita diaria a los heridos y tratar de ver cómo se podía hacer para ayudarles a sobrepasar eso. La manera más sencilla de todas era escuchándoles, que se desahogaran para empezar a vivir de una manera más pacífica y tranquila”, ha relatado el presbítero en el programa 'Especial 11-M' de TRECE.

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