Mons. Escribano pide valorar todo lo que aportan los mayores: "¿Y si nos paramos un momento a pensar?"

El arzobispo de Zaragoza presentó en la última Comisión Permanente el borrador del documento "Orientaciones para la pastoral de las personas mayores en el contexto actual"

Tiempo de lectura: 2’

En la última Comisión Permanente que los obispos han celebrado en Madrid hace unas semanas, el arzobispo de Zaragoza, Mons. Carlo Escribano, presentó un borrador del documento “Orientaciones para la pastoral de las personas mayores en el contexto actual”. Los abuelos han experimentado la soledad y el miedo durante la pandemia de la covid-19 y el arzobispo de Zaragoza tiene claro que hay que volver a pensar sobre cómo podemos ayudar y estar al lado de las personas que nos han dado todo.

En la entrevista realizada con 'Aleluya' el arzobispo de Zaragoza ha explicado como “la idea es poner nuestros ojos en las personas mayores porque ha habido una situación de gran sufrimiento. El Papa Francisco insiste de manera constante en el papel de los mayores, en lo que pueden aportar. En esta combinación entre jóvenes y personas mayores es donde se quiere circunscribir también el contenido del documento”. Mons. Escribano ha admitido que tiene que “seguir madurando la reflexión en las próximas Asambleas Plenarias para hacer una propuesta que ilumine la vida de nuestros mayores, su pertenencia a la familia y también las dinámicas pastorales que podemos emprender junto con ellos”.

Las personas mayores parecen ser las grandes olvidadas de nuestra sociedad y, tras la última ley de eutanasia del Gobierno, no parece ser que la sociedad esté dispuesta a estar cerca de ellos. ¿Cómo es posible que toda su experiencia y todo lo vivido por los ancianos sea al final descartado?

Mons. Escribano cree que hay que pensar en lo que sucede en nuestra vida cotidiana: “Pasamos de estar en una realidad en la que los padres lo son todos, pero cuando uno va adquiriendo más experiencia parece que los padres ya no tienen que aportar mucho más”.

El arzobispo de Zaragoza tiene claro que cuando ya se “deja reposar la realidad, vas descubriendo lo que ellos te pueden aportar, la sabiduría que tienen, la fuerza y todo el trabajo que han hecho por los hijos y por los nietos. Basta que uno se para un momento para pensar todo lo que los padres de uno han hecho por él para descubrir que es muchísimo. Han entregado su vida y lo han hecho con alegría y constancia. Si uno se para a reflexionarlo descubre que hay muchos motivos para la gratitud y eso es lo que hay que recuperar”.

Además, añade Mons. Escribano, “cuando ya están tan flojos que no nos pueden aportar nada, pues devolverles el cariño que nos dieron. Al final de la vida a lo mejor lo que hay que hacer es intentar seguir correspondiendo ese amor compartido”.

Religión