Convivencia, ocio y fe: las parroquias comienzan a organizar sus campamentos de verano para jóvenes

'Ecclesia al día' se acerca a Manzanares y Lucena para conocer cómo son los campamentos que organiza la Iglesia para niños y adolescentes: "Es una experiencia de Iglesia bonita"

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Con la llegada del mes de mayo, las familias comienzan a planificar el verano. Es hora de reservar el lugaer de vacaciones, pero también de ocuparse del ocio de los hijos. Desde hace años, muchas parroquias organizan campamentos que favorecen la convivencia entre los niños a través de actividades de ocio y, por supuesto, para acercarse a Dios y fortalecer su fe.

En el colegio San Bernardo de Manzanares (Ciudad Real),su centro está ya preparando su campamento urbano, donde unos 120 niños participarán durante los meses de julio y agosto de los talleres, juegos o catequesis que se organizan.

Una vez que cierren las aulas el 24 de junio, el campamento abre sus puertas para alumnos del centro o de los alrededores, como explica el Padre Pedro José: “El primer día se reparten a los niños por edades, los monitores les dan bienvenida y empiezan las actividades hasta las cinco de la tarde”.

Durante las horas de campamento, niños y adolescentes combinan actividades lúdicas y deportivas como fútbol o baloncesto con la Misa o las catequesis: “Las catequistas suelen ser madres de niños, porque saben pronto lo que necesita cada uno. También hay una piscina que llenamos con la manguera para los más pequeños”, ha precisado el sacerdote en 'Ecclesia al día'.

Los campamentos de verano en Lucena: "Es una experiencia de Iglesia bonita"

Desde hace casi una década, el Padre Vicente Castander organiza campamentos de verano. Estos dos últimos años lo hace desde la parroquia de Santo Domingo de Guzmán en Lucena (Córdoba).

Los niños de la catequesis o de las parroquias suelen ser los beneficiarios, hasta el final de la etapa de la ESO: “Siempre pensamos que el tiempo libre deben ser momentos de convivencia, de acercarse a Dios y conocer al Señor para fortalecer la fe”, ha comentado el presbítero.

Las gymcanas, excursiones a la playa, las catequeiss o las Misas son algunas de las actividades que se desarrollan en la Casa de Hermandad de Rocío de Lucena, donde el ocio sano se compagina con la espiritualidad: “No solo es rezar, es pasarlo bien, tener una convivencia bonita, la visita al santísimo... que integren a Dios como parte normal de su vida”, ha comentado Vicente Castander.

Uno de los aspectos que hace singular el campamento es que los chavales no pueden hacer uso de su teléfono móvil, para así propiciar la convivencia: “Así aprenden a convivir, a hacer amistades y eso los niños de hoy lo necesitan mucho. Siempre cuando terminan los campamentos los niños lloran porque no se quieren ir de allÍ”, cuenta con satisfacción el sacerdote.

No solo lo disfrutan los más pequeños, también los monitores que un día formaron parte del campamento estival: “Cuando crecen pues ayudan a otros niños. Es una manera de construir comunidad y de hacer Iglesia, porque hay personas mayores que acuden de apoyo de cocina, están los monitores, premonitores, dos sacerdotes... es una experiencia de Iglesia bonita, de diversión, de descanso. Hacen bien a la gente”, asegura.

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