La ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine
Blog: Palomitas de Maíz

Llega al cine ’78/52, la escena que cambió el cine’, documental basado en la celebérrima ducha de Psicosis, de Alfred Hitchcock

https://www.cope.es/blogs/palomitas-de-maiz/2018/06/29/critica-documental-78-52-la-escena-que-cambio-el-cine-alexandre-o-philippe-ducha-psicosis-alfred-hitchcock/

¡Mis queridos palomiteros!La ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine. Hoy, viernes 29 de los corrientes, Sherlock films estrena en las salas de cine españolas 78/52, la escena que cambió el cine.

Cartel del filme 78/52, la escena que cambió el cine, del suizo Alexandre O. Philippe | La ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine

Dirigida por el cineasta suizo Alexandre O. Philippe (The People vs George Lucas, Doc of the Dead) la película introduce al espectador en la ducha donde tuvo lugar uno de los asesinatos más míticos -icónicos es tal vez el término justo- de la historia del cine. Presentada en el Festival de Sundance, el filme ha participado también en el Festival de Sitges y en la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

El realizador suizo Alexandre O. Philippe recuerda en un documental que la ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine

El documental analiza, a través de la voz de varios personajes del panorama cinematográfico mundial (Guillermo del Toro, Jamie Lee Curtis, Elijah Wood, Peter Bogdanovich, Eli Roth o Danny Elfman, entre muchos otros), la inmortal escena de la historia del director inglés Alfred Hitchcock -voyeur por vocaciónPsicosis (1960), donde el personaje de Marion Crane, al que da vida la actriz Janet Leighes acuchillada en una ducha en un Motel de tercera.

Los ojos de Marion muerta condenan por lo tanto el hecho de que miremos. Pero “ver” en una situación de explotación “no” es ver nada. La muerte de la persona con la que nos identificábamos es un castigo y un descarrilamiento, y es evidente que a partir de ese momento no podemos ir a ninguna parte si no es siguiendo a Norman. La película tiene su origen en la novela homónima de Robert Bloch. Hitchcock quedó prendado de ella al leer el pasaje de la ducha y, por él, decidió llevarla a la pantalla.

Poderosa imagen de la mirada de la ladrona Marion Crane tras su purificación | La ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine

La película documental que nos ocupa, sin embargo, no sólo analiza pormenorizadamente cada fotograma, sino que contextualiza el momento en el que Hitchcock la rodó

La evidente imagen del “mirón” queda completada y concluida en Psicosis. Con Norman espiamos a Marion cuando se desviste para ducharse: Norman retira un cuadro de la pared y detrás hay una oportuna mirilla. La cámara da media vuelta después de un primer plano del ojo de Norman mirando, y vemos entonces con él.

Y para que no quede ninguna duda sobre las intenciones, Hitchcock insiste: Norman aparta de la pared una copia de Susana y los ancianos, la historia bíblica de tres ancianos que espiaban a una virtuosa mujer cuando se preparaba para bañarse y entonces, abrasados por la pasión, se abalanzan sobre ella con amenazas de chantaje sexual. Norman, en otras palabras, aparta el artefacto mortal del “mirón” y lo sustituye por el acto en sí. El simple acto de espiar tiene todas estas connotaciones.

Sucesión de planos correspondientes a la ejecución de Marion Crane | La ducha de Psicosis (Alfred Hitchcock) cambió el cine

En el último plano de la película, tenemos otro ejemplo evidentísimo. “Probablemente me están mirando ahora”, opina la voz de la “madre” en off. “Pues déjalos. Como si pudiera hacer algo que no fuera estar sentada aquí y mirar. ¡Espero que estén viéndome! Verán, sabrán y dirán. Ni siquiera puedo mover el dedo para apartar esa mosca… Entonces pensarán: ella no pudo matarla, no mató a la mosca…”.

Recuerdo ahora dos películas que se detienen en esta historia, que nunca me terminaron de convencer. Una de ellas es Hitchcock (Sacha Gervasi, 2013), con el gran Anthony Hopkins en el papel de Hitchcock, y la otra es la versión homónima, pero filmada en color, de Gus Van Sant, de 1998, que se limitó a actualizar el filme, dotándolo de personajes más modernos, y que copió plano a plano la versión íntegra de 1960.

Como es natural no causó ningún impacto. Mejor eco tuvieron el homenaje que Scorsese hizo a Hitchcock con Toro Salvaje (1980) o Coppola con La conversación (1974).

La película documental que nos ocupa, sin embargo, no sólo analiza pormenorizadamente cada fotograma, sino que contextualiza el momento en el que Hitchcock la rodó, con explicaciones del propio realizador, así como la forma en que esas 78 configuraciones y 52 cortes marcaron la historia del cine. Ojo, no tiene nada que ver con una versión fílmica de la entrevista famosa entre los directores de cine Hitchcock y Truffaut.

Se trata de una mirada sin precedentes, donde muchos de los testimonios, actuales y de entonces, de cineastas, directores, actores, productores, maquilladores, montadores, dobles, sonidistas y el mismísimo autor de la no menos mítica música que subraya el apuñalamiento, Bernard Herrmann, comienzan con un “era la primera vez que…”.

78/52, la escena que cambió el cine es una película entretenida por el testimonio que vierten sus protagonistas, pero que apenas aporta información a los hitchcockianos de raza. Tal vez por eso funcione

Y es que era la primera vez que una diva del “starlight” como Janet Leigh aparecía desnuda (aunque el cuerpo que se ve no es el suyo, sino el de Marli Renfro una “conejito de Playboy” que también habla, a sus ochenta años, de la increíble experiencia). También fue la primera vez que se veía un inodoro o un ombligo en el cine y la primera vez que se deja en un montaje un fotograma desenfocado. Pero sobre todo, era la primera vez que un director mataba a la protagonista a los 40 minutos de empezar…

Share and Enjoy !

0Shares
0 0 0