Una plaza, 4 papas y el micrófono de COPE: 10 años de la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

El 27 de abril de 2014 medio millón de personas se congregaron en el Vaticano, donde Francisco canonizó a los dos pontífices. Entre los presentes se encontraba Benedicto XVI

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Este sábado, 27 de abril, se cumplen diez años de la canonización de Juan Pablo II, tan solo nueve años después de su muerte tras casi tres décadas de Pontificado (1978-2005). COPE se volcó con una programación especial para llevar a la audiencia todo lo que acontecía en la Plaza de San Pedro aquella mañana de domingo.

El proceso para hacer santo a Karol Wojtyla comenzó unas semanas después de fallecer el 2 de abril de 2005 por deseo expreso de Benedicto XVI, quien pocas semanas después de ser elegido Sucesor de Pedro modificó la norma y dispensó del cumplimiento de los cinco años de su muerte preceptivos en la legislación canónica.

En 2011 el Pontífice alemán beatificó a su antecesor en la cátedra de Pedro, un hecho sin predecentes en los últimos diez siglos en la Iglesia, si bien se tiene constancia de que algunos papas beatificaron a su predecesor a comienzos de la Edad Media. El milagro que se acreditó fue la curación inexplicable para la ciencia de la religiosa francesa Marie Simon Pierre, aquejada de Parkinson.

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Miles de españoles peregrinaron a la Plaza de San Pedro para vivir la canonización de los dos papas

Una ceremonia histórica que congregó a medio millón de personas con mayoría polaca

Dos años más tarde, el 30 de septiembre de 2013, el Vaticano anuncia que el primer obispo de Roma de origen polaco en la historia sería canonizado junto al Papa Juan XXIII el 27 de abril de 2014, siendo la primera vez que dos obispos de Roma serían declarados santos el mismo día. De esta manera, la Congregación para la Causa de los Santos aprueba el segundo milagro por el que Juan Pablo II habría intercedido en la curación de una costarricense aquejada de una lesión cerebral incurable. Por su parte Juan XXIII fue canonizado por sus méritos de la apertura del Concilio Vaticano II.

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El momento en el que el Papa Francisco proclama a Juan Pablo II y a Juan XXIII santos

Jorge Mario Bergoglio y Joseph Ratzinger oficiaron esta histórica ceremonia en la Plaza de San Pedro que congregó a cientos de miles de fieles bajo amenaza de lluvia en Roma. La delegación polaca era muy numerosa dada la procedencia de uno de los canonizados. Muchos de los peregrinos portaban grandes pancartas con el retrato de su compatriota Karol Wojtyla y también con el nombre del sindicato católico 'Solidaridad, cuyo papel fue clave en la caída del comunismo en Polonia.

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Monjas polacas en la canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII

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Francisco, sobre los dos papas canonizados: "Actualizaron la Iglesia"

En su homilía, el Papa Francisco reivindicó a Pablo II y a Juan XXIII como dos papas que “colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisonomía original, la que le dieron los santos a lo largo de los siglos. Son precisamente los santos quienes llevan adelante y hacen crecer la Iglesia”, subrayaba el Santo Padre argentino aquel 27 de abril de 2014.

A juicio de Francisco, los dos pontífices tuvieron el valor de mirar las heridas de Jesús, “de tocar sus manos llagadas y su costado traspasado”, y agregaba que nunca “se avergonzaron de la carne de Cristo, no se escandalizaron de su cruz, no se avergonzaron de la carne del hermano porque en cada persona que sufría veían a Jesús”, afirmaba en la homilía durante la ceremonia de canonización.

Asimismo, destacaba que fueron dos figuras “valerosas” impregnados por el “don del Espíritu Santo”, dando testimonio “ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios y de su misericordia”, puntualizaba.

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Francisco, sobre los dos papas: En cada persona que sufría veían a Jesús”

Sobre Juan Pablo II, Jorge Mario Bergoglio hacía hincapié en que era “el Papa de la Familia”, como así le gustaba ser recordado: “Me gusta subrayarlo porque ahora estamos viviendo un camino sinodal sobre la familia y con las familias, un camino que él desde el Cielo acompaña y sostiene”, afirmó Francisco.

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El Papa Francisco recuerda a Juan Pablo II como el Pontífice de la familia

Por su parte sobre la figura de Juan XXIII destacó su delicada “docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor, un guía-guiado, guiado por el Espíritu. Éste fue su gran servicio a la Iglesia; por eso me gusta pensar en él como el Papa de la docilidad al Espíritu santo”, señaló.

Gil Tamayo, en COPE: "Juan Pablo II y Juan XXIII amaban España"

Durante la programación especial de COPE, el entonces secretario general de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo,resaltó que por primera vez en la historia cuatro papas estaban presentes en la Plaza de San Pedro del Vaticano, lo que se unía a la sucesión de acontecimientos históricos que vivía la Iglesia a comienzos de la década anterior, con la renuncia de Joseph Ratzinger o la elección del primer Sucesor de Pedro sudamericano y jesuita.

"La historia nos está regalando momentos excepcionales.Un Papa que llega cuando nadie se lo esperaba, que venía de América Latina, que era jesuita, al tiempo ver a Benedicto XVI como Emérito ayer en medio de los cardenales”.

Sobre las figuras de Juan Pablo II y Juan XXIII, Gil Tamayo remarcaba que se trataron de dos pontífices excepcionales que amaban a España: “Como español me alegré mucho porque los dos papas querían mucho a España y tendremos un reforzamiento de la intercesión en el Cielo por nuestro país que necesitamos en estos momentos y estos dos papas nos querían de una manera impresionante. Juan Pablo II estuvo en España y Juan XXIII hizo un viaje por lugares emblemáticos de la geografía religiosa de España ", recordaba.

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José María Gil Tamayo, en COPE: Juan Pablo II y Juan XXIII amaban España

El que fuera portavoz de la Conferencia Episcopal Española ponía el foco en el mensaje de Juan XXIII que tiene vigencia en la actualidad, en un mundo “que no acaba de superar los conflictos, las polarizaciones, la Guerra Fría".

Por su parte de Juan Pablo II, José María Gil Tamayo ponía el énfasis en “su sufrimiento pero también su grandeza. Se convirtió en el gran líder espiritual de la humanidad. Los jefes de Estado se congregaron en su funeral debido al cariño que desplegó".

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