La muerte del obispo auxiliar de Los Ángeles David O'Connell fue un asesinato

El prelado, conocido como el "pacificador" por sus labores mediadoras, recibió un disparo en el pecho en su residencia del sureste de la ciudad californiana este sábado

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La muerte del obispo auxiliar de Los Ángeles este sábado 18 de febrero fue un asesinato, según el sheriff del condado encargado de la investigación. El arzobispo José Horacio Gómez confirmó ayer domingo este extremo en una declaracióny se lo comunicó a los fieles en la Eucaristía que presidió en la catedral de Nuestra Señora.

«Estamos profundamente consternados y entristecidos por esta noticia. Continuemos rezando por el Obispo Dave y su familia. Y recemos por los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley mientras continúan su investigación sobre este terrible crimen», dijo.



En una primera comunicación oficial, la archidiócesis evitó pronunciar la palabra homicidio. Tras tener conocimiento de la noticia, Gómez dijo que estaba en “shock” y “sin palabras” por la pérdida de “un buen amigo”, pero en ningún momento confirmó la existencia de un crimen. “Era un pacificador con un corazón para los pobres y los inmigrantes, y le apasionaba construir una comunidad donde la santidad y la dignidad de cada vida humana fueran honradas y protegidas”, manifestó. “(…) Lo extrañaré mucho”, añadió.

Los hechos ocurrieron en torno a la una del mediodía del sábado. La policía recibió un aviso y cuando llegó al domicilio del prelado lo encontraron tendido en el suelo con un disparo en el pecho. Los servicios sanitarios solo pudieron certificar su muerte. Por el momento, la policía no ha dado más información. Decenas de personas se acercaron en las horas posteriores a los hechos a las inmediaciones a depositar flores.

Pacificador

El obispo O´Connell tenía 69 años y era de origen irlandés. Nacido en el condado de Cork en 1953, formaba parte del presbiterio de Los Ángeles desde 1979. Había sido párroco en las parroquias de San Francisco X. Cabrini, Ascensión, San Eugenio y San Miguel, todas en el sur de Los Ángeles. Obispo auxiliar desde 2015, era el vicario episcopal de la región pastoral de San Gabriel, una zona con problemática de violencia de pandillas, inmigración y tensiones interraciales, entre otras.

El fallecido era uno de esos pastores “con olor a oveja”, en expresión del Papa Francisco, un presbítero cercano a los fieles y a sus problemas. El apelativo de “pacificador” le venía probablemente de su intermediación entra la comunidad local y el Departamento de Policía tras los gravísimos disturbios interraciales que hubo en Los Ángeles en 1992 tras el asesinato de Rodney King. O´Connell desempeñó en ese momento una labor impagable en aras de la reconciliación y la paz social.

En los últimos tiempos una de sus prioridades era el cuidado pastoral de los inmigrantes y la atención de las escuelas católicas, a las que consideraba, junto a las parroquias, “instrumentos poderosos de transformación” de personas y barrios. En el tema migratorio había sido presidente del Grupo de trabajo interdiocesano del sur de California, ayudando a coordinar desde él la respuesta de la Iglesia local a los recién llegados.

A nivel nacional, fue asimismo presidente del Subcomité de la Campaña Católica para el Desarrollo Humano de la Conferencia Nacional de Obispos (USCCB).

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