Alfonso Tapia, misionero en Perú: "Los vicariatos son insolventes, no sobreviven sin ayuda del exterior"

El vicario general del VIcariato Apostólico de San Ramón, en la selva peruana, es el rostro de la Memoria de Actividades de Obras Misionales Pontificias

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Más 10.000 misioneros españoles colaboran en la labor evangelizadora de la Iglesia, aunque solo algo más de 6.300 se encuentran en activo, lo que convierte a España en el país con más misioneros. Son datos de la Memoria de Actividades 2022 que ha presentado Obras Misionales Pontificias (OMP). Un año "muy significativo" para la institución, como ha explicado José María Calderón, director nacional de OMP. Para empezar, ha explicado cómo, tras la nueva Constitución de la Curia Vaticana, se creó el Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos. Dentro de este Dicasterio está la Sección para la Primera Evangelización y las Nuevas Iglesias Particulares, en el cual se situó a las Obras Misionales Pontificias, del que el Papa Francisco se erigió como prefecto. También se ha nombrado a Emilio Nappa como presidente de las OMP en Roma.

A nivel nacional, este año se ha visto marcado por los centenarios que OMP ha celebrado. Se han cumplido 400 años desde la fundación de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y 200 años de la fundación de la Sociedad para la Propagación de la Fe, que en España se conoce como DOMUND. También se celebró que hace cien años, el Papa se hizo cargo de estas obras, dándoles el nombre de pontificias. En un año tan significativo, OMP también decidió inaugurar los premios “Beata Pauline Jaricot”, y “Beato Paolo Manna”.

José María Calderón ha dado cuenta también de los ingresos que han recibido durante 2022: "Hemos aumentado en algo más de 400.000 euros, con respecto al año anterior, la oferta que hemos hecho a la Santa Sede para la distribución entre los territorios de misión". De esta forma, España también se convierte en uno de los países más generosos con las misiones. Además, el director nacional de OMP ha señalado otros datos interesantes, como que la edad media de los misioneros es de 75 años, que la mayoría son mujeres y que, a pesar de que cada vez son más los laicos que se suman a la tarea evangelizadora en tierra de misión, siguen primando los sacerdotes y, sobre todo, las religiosas.

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Perú, el país con misioneros españoles

José María Calderón ha explicado que Perú es el país con más misioneros españoles: "Es el que más sacerdotes españoles tiene, pero también el que más religiosas tiene".

Y, precisamente, el misionero que ha puesto rostro a la Memoria ha sido el sacerdote Alfonso Tapia, un burgalés que conoció la misión durante un voluntariado y se dio cuenta de que eso era lo suyo. "Me decidí a preguntar si yo podía participar, me dijeron que sí y al mes me pusieron de responsable de un grupo. Desde el primer momento definí la experiencia como el renacuajo que está en una charca y de pronto le tiran al océano. Uno dice 'el mundo es muy grande', 'la Iglesia es muy grande', 'el mundo es hermoso'... pero esto es otra cosa, no tiene nada que ver con lo que yo pensaba, con lo que yo vivía o como entendía yo las cosas", ha señalado en 'Mediodía COPE'.

Este misionero le ha contado a Pilar García Muñiz que, desde el primer momento, tuvo un referente que le marcó: "Me llamó mucho la atención el sacerdote que había allí, un misionero español también, jesuita, el padre Carlos Echávarri, y desde el primer momento me entró el gusanillo de tener una experiencia más larga con él, de dos o tres años".

Y es que Alfonso, antes de ser sacerdote, era profesor de Matemáticas: "Me presenté a las oposiciones, porque en la privada no era la cosa tan fácil. Gracias a Dios, suspendí las oposiciones y, al año siguiente, falleció este sacerdote. Me lancé y en el colegio pedí la excedencia. Me dijeron 'no te corresponde, pero somos un colegio de hermanos de La Salle, no te podemos negar el permiso para una experiencia misionera' y ahí fue donde se me revolucionó todo. Ahí descubrí la vocación de servir a Dios, de servir a su Pueblo y, especialmente, en Perú, porque es lo que conocí".

"Quise quedarme allí, pero me dijeron 'espera un poquito, que se te baje la pedrada. Regresa a España, estudia, prepárate...' pero quise terminar los estudios en Perú. Terminé en Lima y ahí conocí a un obispo español que trabajaba en la selva. Pedí el permiso correspondiente, pues todo tiene sus trámites, y acabé precisamente en la selva, ordenándome el año 2000 de diácono y el 2001, de sacerdote. Y ahí estoy, contento y feliz de la vida", ha asegurado Tapia.




El Vicariato Apostólico de San Ramón: 80.000 km2 a los pies del Amazonas

Este sacerdote lleva 25 años en el Vicariato Apostólico de San Ramón, en Perú. Una tierra de misión de 80.000 kilómetros cuadrados de extensión, equivalente a 10 veces la Comunidad de Madrid, en la que apenas hay 45 sacerdotes: "Las comunicaciones son muy complejas. Un ejemplo muy sencillo: desde donde está la sede del Vicariato a donde está mi parroquia actual son 277 kilómetros de distancia. Los primeros 200 se hacen en cuatro horas, los últimos 77 se hacen en tres horas y media, y hay un tránsito de 10 kilómetros, la 'Vía Dolorosa' que le llamo yo, en el que el promedio está entre 10 y 12 kilómetros por hora. Y cada vez que sales, el coche, al taller, porque hay que revisar todos los bajos".

Preguntado por su labor concreta en el Vicariato, Alfonso Tapia ha señalado: "Yo siempre he dicho que la cama es muy grande y la manta es muy chica, entonces hay que estirar por todos lados y hacer de todo... y y mal, porque el tiempo no alcanza. Soy el vicario general que es, digamos, el segundo de a bordo, y el ecónomo del Vicariato, pero además estoy atendiendo a otra parroquia en una zona de misión muy bonita. Es una zona de comunidades nativas, donde tenemos un colegio con residencia para muchachos de secundaria, de 12 a 19 años, varones y mujeres, que vienen durante la semana a vivir y a estudiar ahí. El colegio es bilingüe y se trabaja en los dos idiomas castellano y asháninka, que es el idioma que ellos hablan".

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La ayuda de Obras Misionales Pontificias, clave para la supervivencia de estas misiones

"Los vicariatos son insolventes, no pueden sobrevivir sin ayuda del exterior", ha explicado el misionero durante la rueda de prensa. Por eso es fundamental para ellos recibir las ayudas del Fondo Universal de Solidaridad. El dinero recaudado en todo el mundo se pone a disposición de la Santa Sede, que decide dónde va a ir. En el año 2022, España fue la encargada de enviar 30.000 euros a San Ramón para que pudiesen pagar los gastos ordinarios y la formación de catequistas.

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