VIERNES SANTO

La pasión del Señor en el Vaticano: "¡Sed de los que toman la dirección opuesta!"

Francisco preside los ritos del Viernes Santo con la ceremonia de la Pasión del Señor en la basílica de San Pedro y el tradicional Via Crucis en el Coliseo de Roma

Tiempo de lectura: 2’

En medio de un gran silencio el Papa Francisco se ha postrado este Viernes Santo sobre el pavimento de la Basílica de San Pedro, vacía de flores y adornos en señal de duelo y luto por la muerte de Cristo.

Tal como marca la tradición, este viernes por la tarde no escucharemos hablar al Papa. Será el predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, quien pronuncie la homilía. Este padre capuchino lleva nada menos que 28 años predicando ante los Papas en la ceremonia que rememora la Pasión y muerte de Jesús.

Raniero Cantalamessa instó a los jóvenes a ir "contracorriente" y les pidió "salvar el amor humano" de la "deriva trágica" de la "posesión".

El pontífice, sentado en un trono frente a la escultura de San Pedro, asistió a la ceremonia sin pronunciar homilía alguna, en total silencio, ya que este es el único día del año en que no se celebra misa en memoria del calvario de Jesús de Nazaret.

Con una cita de Juan el Evangelista, el apóstol más joven de Jesús, Cantalamessa advirtió a los muchachos que no amen "el mundo tal como ha llegado a ser bajo el dominio de Satanás y del pecado" y en el que, dijo, desempeña "un papel decisivo" la opinión pública.

"Es lo que llamamos adaptación al espíritu de los tiempos, conformismo", criticó el predicador, quien apuntó a unos versos del escritor anglo-estadounidense TS Eliot: "En un mundo de fugitivos, la persona que toma la dirección opuesta parecerá un desertor".

Por ello les animó a ir contracorriente: "¡Sed de los que toman la dirección opuesta! ¡Tened la valentía de ir contra corriente! La dirección opuesta, para nosotros, no es un lugar, es una persona, es Jesús nuestro amigo y redentor", señaló.

El predicador de la Casa Pontifica dijo entonces a los jóvenes que su tarea es "salvar el amor humano de la deriva trágica en la que ha terminado" en la que, indicó, "ya no es un don de sí, sino solo posesión -a menudo violenta y tiránica- del otro".

Esta sugestiva ceremonia transcurre en una basílica de San Pedro del Vaticano poco iluminada y sin ornamentos por el clima de penitencia y durante la misma tres diáconos cantaron pasajes de la Pasión, con la música y las voces del coro de la Capilla Sixtina.

La liturgia de este Viernes Santo concluyó en el Vaticano con la oración universal y la adoración de la Santa Cruz.

Esta noche Francisco presidirá el Via Crucis, que representa el camino de Cristo a la cruz, y lo hará, como es tradición, en el Coliseo romano, símbolo de la persecución y del sufrimiento de los primeros cristianos.

Relacionados

Religión