Cuando el riesgo es algo más que una afición

La adicción al riesgo es cuando sentimos placer por poner en peligro nuestra vida. No solo se limita a los deportistas profesionales. Lo podemos sentir cualquiera de nosotros

Redacción La Noche

Redacción La Noche Madrid

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 11:42

¿Qué sientes cuando miras por el balcón de un décimo piso? ¿Vértigo o emoción? ¿Te gusta la velocidad? ¿Los desafíos? Hablamos del placer y la adicción que genera el riesgo en nuestra vida. Se le conoce como síndrome de Pontius y afecta a cómo perciben las actividades de riesgo. Directamente no sienten el peligro.

Un ejemplo lo encontramos en el youtuber colombiano Mario Ruiz. En su perfil de Instagram podemos verle junto al piloto español Jorge Lorenzo antes de tirarse por la tirolina más grande del mundo en Dubai. Una tirolina de 170 metros de alto y 1.000 de largo, que puede alcanzar una velocidad de 80 kilómetros por hora pasando sobre rascacielos, yates y puentes.

Para la gran mayoría de nosotros, el riesgo es cruzar el semáforo en rojo y ni siquiera lo hacemos por placer, sino por impaciencia, o probar la sopa cuando aún está caliente… Sin embargo, hemos conocido al hombre pájaro… misil, bala. Llámalo como quieras…

Armando del Rey es una de esas 2.000 personas que practican el salto base. Es decir, con apenas un traje de nylon, surcan el cielo a 250 kilómetros por hora tirándose desde un edificio alto, una colina, e incluso una catarata.

Quizá te preguntes… ¿Cómo se empieza en esto? Armando nos ha contado que comienza haciendo un “curso de paracaidismo”. Pero lo que empieza así ha ido derivando “sin querer a lo que es el salto base”. Un deporte que tiene riesgos pero que a Armando le fascina. Él ya ha tenido alguna pérdida. Era amigo personal de Manolo Chana, Álvaro Bultó y Darío Barrio, atletas que fallecieron practicando este deporte. Sus muertes, indudablemente, le han marcado de por vida.

Armando del Rey ha sido uno de nuestros primeros invitados en la madrugada, pero claro, el riesgo y las emociones fuertes no son solo propias de deportistas como del Rey. Cualquiera de nosotros puede querer en un momento dado, vivir un subidón.