Ángel Correas: "El ministro de Exteriores ruso responde a la UE dando el guantazo en la cara de España"

La contundencia al responder a Rusia luego no cuadra con la ambigüedad del Gobierno con Esquerra

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 09:34

La campaña en Cataluña sigue centrada en el monotema independentista como si nada estuviera pasando alrededor. Este tema catalán, por cierto, se ha colado de rondón en el sorprendente rifi rafe diplomático que España y Rusia han mantenido en las últimas horas.

Vamos a explicar el contexto. Hace apenas una semana, Rusia detuvo al opositor al Kremlin Alexei Navalny. Acababa de volver de Alemania donde se había recuperado de un intento de asesinato con un agente neurotóxico.

Tras su arresto, en Rusia se ha sucedido manifestaciones contra Putín y la mano dura del gobierno ruso ha propiciado miles de detenidos. En medio de este clima, esta semana Nalvany ha sido condenado a más de 3 años de prisión acusado de no presentarse a varias vistas judiciales a las que estaba citado como consecuencias de otras condenas.

¿Y qué tiene que ver esto con España? Ahí vamos. La Unión Europea ha sido siempre crítica con el Kremlin y su política para acallar a los opositores contra Putín. El jefe de la diplomacia europea es el español Josep Borrell y tras la condena a Nalvany, Borell ha estado en Moscú para pedir su liberación y expresar la preocupación europea por las libertades en Rusia.

En esa misma rueda de prensa, el ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov ya tenía la respuesta preparada. Lavrov, ha querido meter el dedo en la llaga y le ha respondido a Borrell que en España hay líderes independentistas en prisión por convocar un referendum.

Una respuesta así entraba dentro del guion y más sabiendo como ha enredado Rusia con todo este asunto del independentismo catalán. Lo raro es que a Borrell esta réplica le pillase desprevenido.

El ministro de Exteriores ruso ha aprovechado que Borrell, político español, pasaba por allí y ha respondido a la Unión Europea dando el guantazo en la cara de España. Esto ha obligado al Gobierno español a reaccionar por boca de la ministra de Exteriores, Arantxa González Laya. Ha respondido que “en España no hay presos políticos sino políticos presos” y ha deseado que Navalny pueda disfrutar en Rusia de la oportunidad que están teniendo Junqueras y compañía de hacer campaña electoral en la calle.

Desde luego, esta respuesta que ha dado la ministra está bien dirigida. Pero esta contundencia a la hora de hablar de "políticos presos" luego no cuadra con la ambigüedad que sigue manteniendo el Gobierno de coalición a la hora de negociar con sus socios independentistas, como Esquerra, con los que acaba de votar en el Congreso a favor de una mesa de gobiernos donde aparecen los términos amnistía y autodeterminación que no pueden ser asumidos en una democracia consolidada como la de España.