Muere un joven de un infarto tras negarle ayuda dos médicos

Los profesionales se encontraban a 650 metros

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Tiempo de lectura: 2' Actualizado 21:11

Nuestros compañeros de El Mundo, en un artículo firmado por Quico Alsedo han rescatado la historia de Cristian. Sucedió hace un año, cuando Cristian tenía 21. Jugaba al fútbol en el polideportivo municipal de Corral de Almaguer, un pequeño pueblo de Toledo. Todo parecía ir bien hasta que de repente el chico cayó desplomado.

Sus compañeros comprobaron que Cristian había perdido el conocimiento e intentaron ayudarle. Los que jugaban con él intentaron dar con un desfibrilador que estaba en el polideportivo, pero se encontraron con una habitación cerrada con llave. Y la persona que tenía esa llave no estaba. Así que, cambiaron de estrategia. Alguien llamó corriendo al 112. Varios de los que estaban con él, sabían que este chico tenía una cardiopatía, que pasaba revisiones cada seis meses y que debía controlar sus esfuerzos. Un amigo de Cristian, Alberto, estaba desesperado por la situación y decidió coger el coche y plantarse en el Centro de Salud del pueblo con dos compañeros más. Sólo tenían 650 metros de distancia. Desde el polideportivo al Centro de Salud hay sólo dos minutos en coche. Los tres entraron corriendo y pidieron ayuda a los dos médicos que estaban allí. Cristian no respondía a los estímulos, y parecía no tener pulso. La sorpresa vino cuando estos profesionales sanitarios les dijeron que no podían ir a ayudarlo por dos motivos:

El primero: porque parte del equipo del centro había salido a hacer un servicio y no podían dejar el centro de salud solo. Y el segundo: porque no tenían ni vehículo para desplazarse, ni los medios para atender a Cristian.

Los amigos de este chico se ofrecieron para acercar a los médicos en coche hasta el polideportivo, donde Cristian estaba tendido en el suelo, pero la respuesta seguía siendo la misma: no podían. Es más, estos médicos les invitaron a que se fuesen a un pueblo de al lado, a Lillo a buscar el coche del ambulatorio ellos mismo donde tenían los medios para ayudarle.

La madre de Cristian, Milagros, también se acercó minutos después al Centro de Salud para pedir, por favor, que atendiesen a su hijo. Pero la respuesta que le daban los médicos era la misma. No podían dejar el centro vacío y no tenían los instrumentos necesarios para atender al joven. Al ver que no conseguían nada, la madre de este chico y sus amigos volvieron corriendo al polideportivo, donde se lo encontraron prácticamente muerto. Media hora después, llegó la ambulancia e intentaron reanimarlo. Gracias a una inyección de adrenalina pudo recuperar el pulso. Lo enviaron en helicóptero a Toledo, pero Cristian sufrió dos infartos más y murió horas después en el hospital.

Ahora el caso de Cristian, año y medio después se encuentra en los juzgados donde instruyen la causa por denegación de socorro. Se espera que los médicos declaren en las próximas semanas.