Zaporeak recoge más de 100 toneladas de alimentos para los refugiados de Lesbos.

Desde la ONG Peio García Amiano agradece la solidaridad del pueblo vasco.

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La recogida nacional de comida organizada por la ONG Zaporeak ha superado todas las previsiones y se han recogido más de 100.000 kilos de alimentos que se enviarán a los refugiados de Grecia. El miembro y fundador de Zaporeak, Peio Garcia Amiano, ha agradecido este viernes la "solidaridad y el compromiso" demostrado por el pueblo vasco y ha subrayado que además "se ha podido recaudar el dinero suficiente para enviar los alimentos que se han recogido". La campaña de recogida de alimentos, llevada a cabo los días 25 y 26 de septiembre y el 2 y 3 de octubre ha sido posible gracias al trabajo de unos 200 voluntarios y la colaboración de numerosas empresas, cooperativas, comercios y centros educativos.

La próxima semana la ong Zaporeak fletará un camión con destino a la cocina solidaria que tiene en Lesbos y además este mismo viernes se ha puesto en marcha un envío de contenedores con unas 23 toneladas de alimentos con destino a Atenas. Aunque el proyecto de cocina de Zaporeak no está ubicado en la capital griega, la ONG es consciente de la dramática situación que se vive en Atenas y por ello ha enviado los alimentos a diferentes proyectos como KHORA, SOS Refugiados y No Name Kitchen, en Patras.

Zaporeak ha vuelto a denunciar este viernes las condiciones de vida que sufren los refugiados en Lesbos, empeoradas tras el incendió que arrasó el campo de Moria la noche del 8 al 9 de septiembre y que dejó a 13.000 personas a la intemperie. La ONG señala que el nuevo campamento habilitado en cuatro días por el Gobierno griego y ACNUR en una zona militar de tiro a orillas del Egeo, se encuentra en peores condiciones que el anterior en cuanto al suministro de agua y servicios sanitarios, en un lugar que se convierte en un "lodazal" cada vez que llueve, sobre un suelo "repleto de munición y plomo", lo que ya ha sido denunciado por varias organizaciones humanitarias porque "además de peligroso, podría ser tóxico". La ONG también ha denunciado los permanentes controles de entrada y salida a los que deben someterse las personas alojadas en él y ha condenado que la policía griega no permita entrar al nuevo campo a periodistas ni ONGs y que siga obstaculizando el trabajo humanitario.