Krakenberger: “La falta de ayuda económica sería mortal para Pablo Ibar”

El portavoz de la Asociación contra la Pena de Muerte Pablo Ibar, Andrés Krakenberger, ha mostrado en COPE EUSKADI su inquietud ante la dificultad de lograr la ayuda económica necesaria para recurrir la condena a cadena perpetua de Ibar y lograr un nuevo juicio, tras haber logrado esquivar para siempre el corredor de la muerte. Y es que ahora se abre una etapa larga y costosa para apelar la sentencia que obliga a Pablo a pasar el resto de su vida entre rejas por un triple asesinato y lograr un nuevo juicio que busque su absolución. Este proceso costará unos 10 años y mucho dinero, dinero que ya no llegará de las instituciones porque estas solo contemplan ayudas para condenados a muerte.

Ayuda vital

Krakenberberger confiesa en nuestros micrófonos “cierto temor” a que ahora haya una reacción “humana” de relajarse o desmovilizarse una vez que se ha conseguido sacar a Ibar del corredor de la muerte. “Eso sería mortal para Pablo”, ha advertido.

Ha explicado que en las ayudas públicas “no hay nada previsto para un caso como el de Pablo”, por eso ha hecho hincapié en que se necesitará la ayuda de la gente “mucho más si cabe que hasta ahora”.

1 millón de ayuda

Así que será más complicado conseguir financiación. Las ayudas públicas recibidas para sufragar la defensa de Ibar han rondado los 800.000 euros, en el caso del Gobierno vasco, los 200.000, en el caso del Ministerio de Asuntos Exteriores y los 100.000 en el caso de la Diputación de Guipuzcoa. Las donaciones de particulares, que serán ahora la principal fuente de ingresos para la causa de Ibar, rozan los 45.000 euros. A falta de calcular el coste de un nuevo proceso, el emprendido desde el año 2000 con la primera apelación al Tribunal Supremo de Florida pretendía recaudar 1,3 millones de euros y se logró recabar más de un 1 millón.

Alivio

Krakenberger ha reconocido que librarse para siempre de la condena a muerte es un “alivio” pero no una alegría porque Ibar seguirá preso injustamente. Aunque tras 25 años entre rejas, 16 de ellos en el corredor de la muerte, tendrá ahora un régimen más abierto y será trasladado a una prisión más cercana a su familia.