SOCIEDAD

María Eugenia: 10 años sin ingresos esperando a que le aprueben una prestación de emergencia

Con 64 años no tiene prestaciones porque en los trabajos que realizó a lo largo de su vida laboral no cotizó

Ainhoa Martín Las Palmas de Gran Canaria

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 14:13

María Eugenia Rodríguez es una mujer de 64 años que reside en el Paseo de San José, en Las Palmas de Gran Canaria. Ha denunciado en los micrófonos de COPE Gran Canaria que desde los 12 años ha trabajado “de todo”, en tomateros y plataneras o cuidando a personas mayores entre otras labores. Sin embargo, solo cuenta con 6 o 7 años cotizados. Además, le falta un mes de trabajo para poder optar al paro. “Tengo acumulado el paro, pero no me lo pueden dar si no trabajo un mes más”.

María Eugenia lleva 10 años sin recibir ingresos y sobrevive gracias a la solidaridad de su hermana que, además de encargarse de su familia, le paga el alquiler y los gastos de agua, luz y teléfono. María Eugenia asegura que sale a pedir comida todos los días porque no puede exigir más a su hermana.

“Desde hace años estoy pidiendo la PCI, la ayuda de emergencia y, en los últimos meses, el Ingreso Mínimo Vital y nada, no me contestan”.

María Eugenia asegura que en junio de 2020 presentó la documentación del IMV. Sin embargo, denuncia que no le ha llegado nada. “Me pidieron papeles y papeles y está en estudio el proceso”.

Esta vecina de la capital grancanaria asegura que está “desesperada”. “Otra ayuda de emergencia me dijeron el 26 de marzo que había pasado el trámite a Tesorería y sigo esperando, dicen que se extraviaron mis papeles en el Ayuntamiento, no puedo más”.

María Eugenia, en las últimas semanas, ha tenido que dejar de comprarse los medicamentos que necesita para tratarse la artritis reumatoide que sufre. “Hoy mismo tengo unos dolores insufribles en las manos porque no me estoy pinchando las inyecciones por no poder comprarlas. Cuesta 10€ cada una”.

Advierte que no puede acudir al Ayuntamiento, ya que “tienen las puertas cerradas” y tampoco le contestan al teléfono. “Ya no sé qué hacer, pero no puedo esperar mucho más”.