Al Oviedo le pasa de todo

El Oviedo está inmerso en su primera gran crisis de la temporada. Los motivos son variados, pero el equipo no gana. Los números se acercan peligrosamente a los de hace un año. La reacción es urgente y las dudas amenazan con destruir el boceto de equipo que quiere Ziganda.

El partido comenzó con una inercia de victoria azul y acabó con un conjunto desanimado, frustrado y descompuesto. Todo el esfuerzo de la primera parte se vino abajo tras el descanso. El Oviedo comenzó atacando y la UD Logroñés se marcó el primer gol en su portería. La diferencia entre ambos equipos se agigantó en esos minutos iniciales del encuentro. Hasta que Grippo se excedió en una entrada en el centro del campo y fue expulsado.

Pese a todo, el Oviedo realizó un buen ejercicio defensivo y Arribas marcó el 2-0, anulado a instancias del VAR por un fuera de juego de Christian. Los futbolistas azules, desquiciados por la decisión, se quedaron sin Ziganda, expulsado en el descanso.

El inicio de la segunda parte mostró una serie de errores defensivos que se repiten este curso y condenan a los azules. Los dos goles del Logroñés fueron instantáneos para remontar el 1-0. Obeng empató poco después. El Oviedo acumulaba minutos en inferioridad y una jugada desgraciada, con rechaces y desaciertos, provocó el 2-3 del canterano oviedista David González. El Oviedo ya no tuvo fuerzas. Se entregó. No creó más peligro en la portería del Logroñés.

Al Oviedo le pasa de todo. Poco fútbol. Carencias ofensivas. Errores defensivos que se repiten. Decisiones arbitrales que desquician al equipo. En el campo no se ve un conjunto desarmado, pero las nueve jornadas muestran un estado de preocupación grave. El Oviedo es antepenúltimo, el peor equipo de aquellos que han disputado ya todas las jornadas. A estas alturas de LaLiga, los de Ziganda solo tienen un punto más que el Oviedo del curso anterior, cuando el mal inicio casi le condenó al descenso y alargó un sufrimiento agotador hasta el mes de julio. Las causas de la crisis son múltiples. Pero la realidad no se puede esconder: el Oviedo, al menos en cuanto a los números, ha imitado al de hace un año. Era el único objetivo a evitar en la nueva temporada, pero los azules han vuelto a repetir la historia.