Que ni el viento lo toque

El Córdoba ha encontrado la fórmula del éxito en una semana memorable

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Tiempo de lectura: 2' Actualizado 17 mar 2017

Ahora que estamos en tiempo de Cosmopoética, sirva la estrofa de un verso para ilustrar la situación del Córdoba. De Félix Antonio González y de su libro “Calles de Esgueva”: “Que ni el viento la toque porque tiene/ pena de muerte el viento si la toca”. Oltra ha dado con la tecla a base de darse un par de golpes –uno leve, otro grave- y ya tiene clarísimo –él dice que siempre lo tuvo- cómo tiene que jugar su equipo. Y, lo más importante, parece que sus jugadores también. La sobriedad y constancia con la que vencieron ante Levante, Alcorcón y Nàstic reflejan que hay una serie de premisas –sencillas, pero muy complicadas de lograr- que repiten todos los equipos campeones o que aspiran a serlo. Por mucho que a Oltra –y a otros- le chirríe que se hable de ese concepto tan temprano, el concepto existe. Un equipo puede ser campeón si se cree que puede llegar a serlo y, sobre todo, si sus piernas y su mente se sienten de igual modo. El Córdoba no se conformó ni con el 1-0 ni con el 2-0. A Rodri, a Bergdich, a Juli, a Donoso… a casi todos los hombres de ataque se les veía con unas ganas locas de marcar y de demostrar que tienen hueco en un once en el que –otra buena noticia- cada vez cuesta más entrar (y salir). Así que en estos tiempos de bonanza, pena de muerte –figurada, claro- para cualquier viento que aspire a derribar ese sueño en el que ha empezado a subirse a base de trabajo y seso el Córdoba. Y ya, si de paso, al sueño se le alimenta con pienso del bueno en enero procedente de ese dinero que no se puede repartir la propiedad según ley… pues mejor que mejor.