Nueva polémica en el fútbol femenino: las amarillas pasan de 4 a 180 euros; las rojas de 9 a 350 euros

Nueva polémica en el fútbol femenino después de que la RFEF haya decidido subir las multas por las tarjetas que reciben las jugadoras para igualarlas a las de LaLiga Santander. Se trata de otro paso hacia la profesionalización de la Liga F que no ha sido bien acogido por los clubes que a partir de ahora deberán desembolsar 180 euros por cada amarilla que reciba una futbolista y 350 euros por una roja.

Antes los castigos eran irrisorios: Si una futbolista veía una cartulina amarilla su club era multado con 4 euros, mientras que el precio de la roja estaba fijado en los 9 euros. Ahora, pagarán igual que en la máxima categoría del fútbol masculino tal y como dictamina el artícullo 52 del Código Disciplinario:

"En las competiciones de carácter profesional, la sanción de amonestación de directivos, futbolistas, entrenadores y auxiliares, llevará consigo, para el club de que se trate, multa accesoria en cuantía de 180 euros cuando se trate equipos adscritos a Primera División, y de 90 euros cuando se trate de equipos adscritos a Segunda División. La sanción de suspensión conllevará multa por importe de 350 euros, cuando se trate equipos adscritos a Primera División, y de 200 euros cuando se trate de equipos adscritos a Segunda División, por cada partido o mes que abarque".

El problema viene porque los presupuestos no son los mismos y los clubes no contaban con este gasto extra en sus limitadas arcas. El Betis, el equipo más amonestado la pasada campaña con 82 amarillas y 6 rojas, desembolsó 382 euros y este debería pagar 16.860 euros. Una barbaridad. Es más, con las 721 tarjetas amarillas y 26 rojas vistas la pasada campaña en la Primera Iberdrola, la RFEF se habría embolsado un total de 138.880 euros. De nuevo, la polémica está servida.