NATURALEZA CONSERVACIÓN

El agua del río Tajo llega de nuevo a las Tablas de Daimiel, 12 años después

El agua del Tajo ha llegado de nuevo al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, a través de la tubería de abastecimiento a la Llanura Manchega, 12 años después de que lo hiciera por primera vez, ante la situación del humedal, que tiene menos de 50 hectáreas encharcadas.

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 15:08

El agua del Tajo ha llegado de nuevo al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, a través de la tubería de abastecimiento a la Llanura Manchega, 12 años después de que lo hiciera por primera vez, ante la situación del humedal, que tiene menos de 50 hectáreas encharcadas.

Es la segunda vez que llega a las Tablas de Daimiel el agua del acueducto Tajo-Segura, después de que en enero de 2010 el entonces Ministerio de Medio Ambiente decidiera utilizar esta infraestructura para llevar agua al espacio protegido, que ahora tiene muy pocas hectáreas encharcadas por la sequía y la sobreeplotación de los recursos hídricos de la Mancha Húmeda.

El agua ha viajado desde el acueducto Tajo-Segura hasta el río Cigüela, a lo largo de 60 kilómetros hasta el azud que ha construido el Ministerio de Medio Ambiente en Villanueva de Alcardete (Toledo), desde donde se ha canalizado por la tubería de abastecimiento a la Llanura Manchega para recorrer 90 kilómetros hasta el parque nacional.

La acusada sequía que se prolonga más de nueve años y la sobreexplotación de los recursos hídricos en el Acuífero 23 justifican la petición del Patronato de Las Tablas de Daimiel de solicitar esta aportación extraordinaria, ha argumentado el director general de Medio Natural y Biodiversidad de Castilla-La Mancha, Félix Romero, en una visita que ha hecho este viernes al humedal.

Romero, que también es presidente de la Comisión Mixta de Gestión de Parques Nacionales en Castilla-La Mancha, ha comentado que al contrario que en años anteriores, en los que se han llegado a bombear seis hectómetros cúbicos a través de la batería de pozos de emergencia, en esta ocasión se ha optado por esta alternativa para evitar recurrir de manera sistemática a los bombeos.

Así, en total serán seis hectómetros cúbicos que están autorizados y planificados, tres iniciales que le corresponden al parque nacional del propio trasvase Tajo-Segura, más otros tres que se utilizarán en las pruebas de puesta de funcionamiento de la tubería a la Llanura Manchega.

Con estos aportes, el Gobierno de Castilla-La Mancha espera que se puedan llegar a encharcar de cara al invierno una superficie de unas 350-400 hectáreas el próximo otoño.

A preguntas de los periodistas, Romero ha justificado que se tenga que realizar el trasvase de agua en el mes de agosto, debido a que los tres primeros hectómetros de agua deben estar introducidos en el parque nacional antes del 1 de octubre, cuando comienza el siguiente año hidrológico.

A su vez, los otros tres hectómetros se derivarán a partir de esta fecha prolongándose hasta mediados del mes de noviembre, ha concretado Romero.

Por su parte, la portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, que también ha participado en la visita, ha detallado que el parque nacional está recibiendo un aporte de agua de 600 litros por segundo.

Asimismo, ha avanzado que la semana que viene se incrementarán hasta 800 litros por segundo, para lograr encharcar unas 350 hectáreas de superficie del parque y tener garantizadas unas condiciones óptimas para la biodiversidad.

Blanca Fernández ha considerado que este trasvase de agua extraordinario debe abrir un periodo de reflexión sobre la conservación de los espacios protegidos y la coexistencia de la agricultura y el regadío, lo que a su juicio puede ser posible si se recupera la filosofía del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG).

En este sentido, la portavoz del Ejecutivo autonómico ha abogado por retomar la filosofía de lo que fue este plan, si no en su conjunto en total, al menos en alguna de sus partes, para hacer compatible el uso de la agricultura con la conservación de la naturaleza.

También ha mantenido que el regadío puede ser sostenible y ha opinado que "quien defiende el secano como sostenible se equivoca, porque muchos agricultores con el secano no podrían llevar de comer a sus familias".

Por ello, ha abogado por "apostar por un regadío sostenible y eficiente, con bisturí, para poder garantizar el presente y el futuro".

Además, Fernández ha salido al paso de las críticas de las organizaciones ecologistas y ha recordado que desde la cabecera del Tajo a través del trasvase Tajo-Segura se han trasvasado 12.000 hectómetros cúbicos, de los que a penas un uno por ciento han ido a Las Tablas de Daimiel.