TOROS NAVALCARNERO

El Cordobés y Caballero, dos estilos y un mismo camino por una buena causa

Javier López

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 20:34

Javier López

Manuel Díaz "El Cordobés" y Gonzalo Caballero, con tres y dos orejas cada uno, salieron hoy a hombros en el festejo celebrado en Navalcarnero (Madrid) a favor de la Federación Española del Banco de Alimentos (Fesbal), entidad que también salió triunfadora por el gran éxito cosechado en la taquilla, con alrededor de 6.000 espectadores en los tendidos.

El toreo va a echar de menos a Manuel Díaz "El Cordobés", un torero que este 2023 dirá adiós a los ruedos y que, más allá de conceptos y gustos, siempre será recordado por su honestidad, su simpatía y, sobre todo, por lo buena gente que ha demostrado ser, lo que ha hecho que allá donde torease siempre haya sido recibido con toneladas de cariño.

Así fue hoy también en Navalcarnero, donde ya en su primero amarró la Puerta Grande después de una faena argumentada en el temple, con momentos de buen toreo sobre la mano izquierda y aderezada también con esos guiños marca de la casa como los molinetes, los desplantes o el famoso salto de la rana.

La conexión con los tendidos fue total, además de contar con la ayuda del gran toro de Castillejo de Huebra, al que mató de un soberbio espadazo después de sufrir un pequeño susto en las postrimerías de su actuación. Cortó dos orejas.

La faena al cuarto fue simplemente correcta ante un toro que se movió pero sin decir gran cosa. El Cordobés sumó un trofeo más.

Gonzalo Caballero es un torero en mayúsculas y todo un ejemplo de superación, pues a sus 31 años tiene ya mucho vivido, con momentos muy duros en lo personal y un buen número de cornadas -a cada cual más grave- tatuadas en su cuerpo, que a más de uno le hubiera hecho tirar la toalla.

Pero el madrileño, en su búsqueda de llegar a lo más alto, el dolor le ha hecho crecerse, seguir ahondando en la pureza de sus formas y no rectificar ni un ápice ese valor innato que posee, sin importarle, además, la categoría de la plaza donde su viste de torero.

Lo demostró, con creces, en su primer toro, con el que anduvo muy firme y asentado, tratando de hacer las cosas con suma verdad, muy bien colocado siempre, de frente y por derecho, y logrando momentos soberbios, con torería y notable expresión, sobre todo al natural.

El compromiso era tal que, en un parón del toro, en vez de rectificar decidió aguantar y acabó por los aires, saliendo ileso de milagro. Volvió a la carga para cerrar faena por bernadinas y una buena estocada. Dos orejas.

Idéntico aplomo y la misma torería demostró Caballero con el manejable sexto, al que pegó las mejores series de la tarde por el pitón derecho, con muletazos templados y muy bien hilvanados. Qué buen nivel demostró este joven torero, aunque esta vez no anduviera acertado en la suerte suprema.

Abrió la función el rejoneador Leonardo Hernández, que llevó a cabo dos buenas actuaciones, muy puro y muy de verdad en todo momento, templadísimo en los galopes y clavando siempre arriba y muy reunido, alternando quiebros con palos al estribo, siempre de frente y haciendo las suertes con tremenda suficiencia.

Cortó solo una oreja del cuarto por culpa de la cicatería del palco, que le negó la segunda, mientras que perdió las del primero por el mal uso del descabello.

FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros para rejones, primero y cuarto, de los herederos de Ángel Sánchez y Sánchez y Los Espartales, respectivamente, desiguales, y cuatro en lidia ordinaria de Castillejo de Huebra, cómodos y parejos, y de juego variado. Destacó el segundo por su gran clase.

El rejoneador Leonardo Hernández: rejón atravesado y cinco descabellos (ovación tras aviso); rejón caído (oreja con fuerte petición de la segunda).

Manuel Díaz "El Cordobés" (azul eléctrico y oro): estocada (dos orejas); estocada corta desprendida (oreja).

Gonzalo Caballero, de salmón y oro: estocada (dos orejas); pinchazo, estocada atravesada que escupe y siete descabellos (ovación tras aviso).

En cuadrillas, Curro Robles y Fernando Sánchez saludaron tras banderillear al sexto.

Incidencias: La infanta Elena amadrinó y presenció el festejo desde una barrera.

La plaza registró más de tres cuartos de entrada en los tendidos (unos 6.000 espectadores).