Los momentos más duros de Verdeliss junto a su hija en el hospital

Los primeros días de vida de la hija de la youtuber están siendo complicados

 

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 09:46

Desde que la pequeña Miren naciese hace menos de una semana, Verdeliss está atravesando unos de los momentos más duros de su vida.

Y es que aunque la youtuber ya está más que acostumbrada a la maternidad gracias a sus seis hijos, el parto prematuro de Miren a las 31 semanas está haciendo que estos primeros días de vida sean muy complicados para la familia.

Pero siendo completamente sincera con sus seguidores, la exconcursante de GH VIP ha querido compartir una foto que refleja el momento actual con su pequeña sin ningún tipo de filtro.

Ayer vinieron mis papis e hicieron esta foto desde detrás del cristal. La incubadora parece un �� jeje, pero no es más que el efecto de la lámpara de luz ultravioleta para tratar el pelín de amarillito que se estaba poniendo Miren (nada preocupante, la ictericia neonatal es bastante común en prematuros). �� Os mandamos miles de cariños, esta pequeña cuenta ya con una gran medicina: la del amor de esta enorme comunidad, sois maravillosos...decir que nos emocionamos con cada experiencia o palabra de aliento que nos compartís es quedarse corto. Cuando las redes unen, empatizan y sanan...GRACIAS #verdeliss #bebePrematuro #Miren

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En la imagen vemos a Verdeliss con el extractor de leche y a Miren acunada en su pecho con una sonda nasogástrica por la que recibe la leche materna.

Y aunque la youtuber muestra cierta nostalgia en su texto, asegurando que está siendo un proceso con mucho dolor y soledad, da las gracias a que la leche es ahora la manera que tiene de mantenerse unida a su hija. Así lo comentaba tristemente en su red de instagram:

"Esto es la realidad... sin edulcorar. Fuertes, valientes y guerreras, pero por momentos apesadumbrabas. En su día temí a la lactancia materna, a verme desbordada por la demanda, a no ser suficiente, a sentir vergüenza. Entonces me 'arriesgué' con las mellizas y el vínculo que creamos me reconcilió conmigo misma y sanó mis miedos.

Con Miren no imaginé que los comienzos fueran estos... esperaba un bebé rollizo casi trepando por instinto al alimento del cuerpo de su madre, esas primeras miradas y roces que enamoran a fuego. Pero no fue así, es duro escuchar el ruidito de una máquina extrayendo la leche, programar la alarma cada 3 horas, día y noche, con su dolor y soledad... empacarlo y lactar a través de una sonda nasogástrica. En cierto modo, doy gracias. Volvemos a los sentimientos encontrados: la leche es nuestra terapia, siento que seguimos unidas. Lo que empezó con el cordón umbilical se mantuvo con los pechos".