CORONAVIRUS GALICIA (Crónica)

Arteixo (A Coruña) y barrio lucense de A Milagrosa: vuelta a fase 1 en agosto

Incidencia acumulada alta. Esta es la realidad que viven el barrio de A Milagrosa, en Lugo, y Arteixo, el municipio coruñés donde Inditex tiene la sede que es su cerebro. ,Reuniones limitadas a cinco personas, residencias blindadas y consumo hostelero únicamente en terrazas. Son, desde este sábado, sus nuevas normas, las que suponen prácticamente la vuelta a la fase uno en agosto.,El avance de los contagios en Arteixo, donde

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 4' Actualizado 11:32

Ana González y Baruk Domínguez.

Incidencia acumulada alta. Esta es la realidad que viven el barrio de A Milagrosa, en Lugo, y Arteixo, el municipio coruñés donde Inditex tiene la sede que es su cerebro.

Reuniones limitadas a cinco personas, residencias blindadas y consumo hostelero únicamente en terrazas. Son, desde este sábado, sus nuevas normas, las que suponen prácticamente la vuelta a la fase uno en agosto.

El avance de los contagios en Arteixo, donde se sitúa el gimnasio en el que se originó el 30 de julio uno de los primeros brotes del área metropolitana de A Coruña, que padece restricciones desde el 7 de agosto, ha provocado que el municipio haya amanecido este fin de semana con las limitaciones más endurecidas de la comunidad, junto a las del lucense barrio de A Milagrosa, que ha adoptado las mismas.

Sus bares y cafeterías retornan a la fase uno con la única posibilidad del consumo en terraza y al 50 %. Los restaurantes, en cambio, sí podrán hacer uso de su interior siempre que se respete la mitad de la capacidad, la distancia entre clientes y los grupos de un máximo de cinco personas.

Bodas, bautizos y comuniones quedan limitados a un máximo de 50 personas al aire libre y 25 en lugares cerrados. Auditorios, cines o teatros no superarán un máximo de treinta personas, mientras que las actividades similares pero celebradas en exteriores podrán albergar a 75 individuos. También se vuelven a limitar los actos fúnebres a 25 personas al aire libre y 10 en zonas cerradas, sean o no convivientes.

Los habitantes de Arteixo han asumido la decisión anunciada por la Xunta el viernes con sorpresa. Sabían que los casos de coronavirus aumentaban, pero no que la incidencia en su ayuntamiento fuese, junto a la del barrio de A Milagrosa, de las más preocupantes de la Comunidad gallega.

La Consellería de Sanidad explica en la orden publicada en el Diario Oficial de Galicia (DOG) que en los últimos tres días Arteixo, con una situación epidemiológica "muy específica", tuvo unas tasas de incidencia "muy superiores" a las de la ciudad de A Coruña, que era hasta el momento el municipio más afectado de la región. El Ejecutivo gallego toma así la decisión de comenzar a centrar sus restricciones en lugares "concretos" como ayuntamientos o incluso barrios.

Los hosteleros de este municipio se encuentran muy preocupados por las pérdidas que esto conlleva, tal y como se lo han trasladado a la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, cuyo presidente, Héctor Cañete, indica a Efe que las limitaciones pueden suponer un golpe letal para el sector.

En este sentido, insiste en que necesitan que las restricciones y órdenes de cierre vengan acompañadas de medidas de apoyo, pues, de lo contrario, ¿cómo van a pagar los alquileres?, se pregunta. Las califica de muy preocupantes, porque indican, a su juicio, que el repunte de coronavirus en el área metropolitana de A Coruña no está controlado.

El pequeño agente infeccioso contra el que no hay vacuna ha obligado al Ayuntamiento de Arteixo a tomar medidas para detener el avance de la pandemia, entre ellas, el refuerzo del control policial de los locales de hostelería y la suspensión de su feria, prevista para este sábado, así como el cierre de áreas recreativas.

Además, el Gobierno local ha trasladado a los vecinos que es imprescindible que sigan las recomendaciones de las autoridades sanitarias, como el mantenimiento de la distancia interpersonal de 1,5 metros, lavarse frecuentemente las manos o la obligatoriedad del uso de la mascarilla.

En Lugo, la situación es ciertamente paradójica. La última zona de la provincia donde se aplicaron restricciones severas fue la comarca de A Mariña, allá por el mes de julio, y ahora la capital se ve perjudicada por un brote surgido en un pub de la calle Marina Española.

El detonante está en una fiesta celebrada en la madrugada del 15 de agosto, día señalado en el calendario y que marcó la ascensión de numerosos repuntes a lo largo de la provincia.

En la ciudad de las murallas el foco está puesto en el barrio de A Milagrosa. No fue allí donde surgió el brote, pero sí donde más se extendió.

Mal que les pese a los vecinos de toda la vida, esta zona de la ciudad se ha convertido en los últimos años en un continuo foco de noticias relacionadas con locales que no respetan los horarios de cierre, peleas callejeras y asuntos relacionados con las drogas.

No obstante, A Milagrosa también es un barrio de trabajadores: es uno de los motores económicos del casco urbano, la entrada al centro de Lugo desde la zona norte y un conjunto de intrincadas calles que siguen manteniendo su identidad propia en un mundo cada vez, señalan, más "gentrificado".

Por todo ello, la alcaldesa lucense, Lara Méndez, pide que no se estigmatice a ningún barrio de la ciudad, una tarea, añade, que es responsabilidad de todos.

La regidora califica como duras las medidas de la Xunta, por lo que es vital para la economía de A Milagrosa, en particular, y de Lugo, en general, que las restricciones puedan ser rebajadas lo antes posible. De ahí su llamamiento a acatarlas y a la prudencia.

En el conjunto del municipio lucense, las reuniones entre no convivientes se limitan desde hoy a diez personas y en A Milagrosa a cinco. En los establecimientos de la ciudad el aforo se reduce a la mitad en el interior, mientras que en el barrio señalado está prohibido consumir dentro, con la salvedad de los restaurantes.

Se calcula que el brote podría afectar ya a dos centenares de personas en toda la ciudad de Lugo, por lo que el Gobierno local ha decidido a su vez cortar el agua de las fuentes públicas, aumentar la presencia policial, intensificar la desinfección de las calles y postergar importantes eventos musicales como el Caudal Fest y el FaCeLa Fest.

Así las cosas, lo único que toca ahora es esperar.