MSF advierte de que la violencia complica la lucha frente al ébola en República Democrática del Congo

Europa Press

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Las tensiones sociales surgidas en zonas del noreste de República Democrática del Congo (RDC) complican la lucha contra el brote de ébola, por los daños sufridos por algunos centros médicos y los retrasos en la identificación de nuevos casos, ha advertido la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), que cuenta con personal sobre el terreno.

El número de enfermos ya supera los 600, de las cuales más de 360 han perdido la vida en el que es ya el brote de ébola más grave en la historia del país africano. Casi seis meses después de que se declarase la epidemia, autoridades locales y organizaciones humanitarias siguen sin poder cantar victoria.

La inestabilidad surgida en la ciudad de Beni y sus alrededores por la cancelación de las elecciones presidenciales ha añadido una nueva complicación, como ha reconocido la coordinadora de emergencias de MSF, Laurence Sailly. "Las personas no tienen otra opción más que buscar ayuda médica en instalaciones de salud que no cuentan con medidas adecuadas de prevención y control de infecciones, lo que aumenta el riesgo de contagio", ha señalado en un comunicado.

MSF ha tratado de hacer frente a la amenaza con un aumento de la atención en las zonas de salud de Katwa, Komanda y Butembo, en este último caso mediante la expansión del centro de tratamiento (CTE) para que disponga de 94 camas en lugar de 64. En Katwa directamente se ha abierto un nuevo CTE, ha explicado la organización.

CONFIANZA

Otra pata clave en la lucha contra la enfermedad pasa por "ganar la confianza de las comunidades más afectadas", como ha explicado el coordinador del proyecto de MSF en Katwa, Emmanuel Massart. El centro de Katwa, por ejemplo, cuenta con ventanas más grandes que permitan a los pacientes ver las caras del personal, y facilitan la visita de familiares, en busca de un "contacto humano" a menudo "difícil de mantener" en este tipo de instalaciones.

MSF también ha incidido en la necesidad de mejorar la concienciación, ya que la inestabilidad ha complicado más aún llegar a las comunidades afectadas y ha aumentado la distancia entre la población y las redes de lucha contra el ébola. En este sentido, ha señalado que ahora la gente es más reacia a mantener prácticas básicas como los entierros seguros o la descontaminación de casas y hospitales.

"Con el ébola, los centros de tratamiento que existen ahora no son suficientes. Conectar con la comunidad y construir una relación de confianza mutua es la clave para disminuir y controlar el brote", ha explicado el antropólogo Roberto Wright, que ha llamado a convertir a los civiles congoleños en "participantes activos en la batalla".