MOCIÓN BADALONA

Guijarro, el "fontanero" del PSC que despojará a Albiol del mando de Badalona

Alba Gil

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 10:56

Alba Gil

Cuando aquella primavera de 1988 Rubén Guijarro entró en el polideportivo de su barrio de Llefià de la mano de su madre no podía imaginar que décadas después regresaría como alcalde de Badalona. Probablemente ni siquiera sospechaba que vestiría los mismos colores ni ondearía las mismas banderas que abarrotaban entonces el mitin socialista.

Tenia solo seis años, pero esa impactante imagen -y el recuerdo del autógrafo que le firmaron mal a nombre de "Robert"- lo han acompañado a lo largo de toda su trayectoria política, un camino que se ha labrado sobre todo desde la segunda fila hasta valerle la fama de ser uno de los mejores "fontaneros" del PSC.

Y es que a Rubén Guijarro Palma (Barcelona, 1982) la ocasión de ser alcalde le ha llegado de forma inesperada. Tras dieciocho años militando, seis como concejal y un frustrado intento por hacerse con el gobierno de Badalona el pasado año, ya se había hecho a la idea de que su papel, por ahora, era liderar la oposición.

Pero la aparición de Xavier García Albiol (PPC) en los papeles de Pandora vinculado a una sociedad opaca en Belice lo ha precipitado todo: la conexión del alcalde popular con una empresa ubicada en un paraíso fiscal ha abierto una oportunidad que Guijarro no ha podido ni querido dejar de aprovechar.

El escándalo generado en torno al exdirigente de PP catalán ha sido el pegamento necesario para aglutinar a una atomizada izquierda que, esta vez sí, ha decidido confiar el timón de la ciudad al PSC.

Guijarro será investido alcalde -el cuarto en menos de cuatro años- el próximo 8 de noviembre si la política badalonesa no da antes uno de sus ya tradicionales giros de guion.

Sin ir más lejos, el pasado año, cuando relevó al frente del grupo municipal a su correligionario Álex Pastor, que fue detenido conduciendo ebrio en pleno confinamiento, ya estuvo a punto de ser alcalde, pero los recelos con Guanyem Badalona frustraron 'in extremis' su debut al frente del ayuntamiento.

Se convirtió entonces en la cara visible de un partido en el que hacía años que se movía entre bambalinas, tejiendo y negociando los acuerdos necesarios para mantener a los suyos a flote, una destreza política de la que ha hecho gala en los últimos meses, cuando ha apostado por hacer una "oposición responsable" a Albiol y lo ha ayudado a aprobar los presupuestos de inversiones.

No en vano, quienes bien lo conocen aseguran que tiene más predilección por la "fontanería política" que por el foco mediático: "Guijarro es el hombre fuerte", subrayan.

Fortaleza fue la que necesitó también cuando un problema de salud de Pastor lo llevó a asumir accidentalmente la alcaldía en enero de 2020 en medio del temporal Gloria, que además de arrasar la costa catalana, partió en dos uno de los emblemas de la ciudad, el Pont del Petroli.

Ya entonces apostó por el temple y la prudencia que asegura haber heredado de su madre y que se propone perpetuar ahora durante su mandato, para el que ha prometido construir un "gobierno amplio" que aglutine el mayor número posible de formaciones progresistas.

Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la UPF y Máster en Liderazgo para la Gestión Pública por la UAB, Guijarro ejerce actualmente de profesor de Comunicación Política y Electoral y estudia Criminología.

Cuando le sobra tiempo, a Guijarro le gusta pasarlo con su hijo de cinco años, aunque recientemente se ha sumado a la fiebre del CrossFit y ya se deja ver en alguna que otra carrera.