Consiguen salvar a una perrita que llevaba 7 días en una alcantarilla

Su dueño la daba por perdida, pero la insistencia de una mujer que paseaba por la zona fue clave para el rescate

Redacción Digital

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 12:49

Fernando Barros Santaló es cazador y siempre va acompañado de sus perros cuando sale por el monte de Peralada. Entre ellos está Sora, una leonada de Bretaña que utiliza para la caza del zorro. Tras la jornada del pasado sábado 22 el grupo de perros regresó con su dueño, menos Sora. El cazador denunció la desaparición 72 horas después de perderle la pista.

Sabía que no había podido perderse porque el animal conoce bien esos montes, donde tienen la perrera y donde lleva entrenando toda la vida. "Es una zona de lobos, así que creí que quizás la habían matado. La di por perdida", aseguró el cazador tal y como recoge La Voz de Galicia.

Sin embargo, la esperanza llegó cuando una mujer que paseaba por la zona aseguró que había oído ladridos procedentes de una alcantarilla cercana al matadero municipal. Tanto el cazador, como Emergencias y la Policía Local acudieron al lugar, pero Sora no respondió a las llamadas de su dueño. Tras varios intentos sin resultado, pensaron que la mujer se había confundido con el ladrido de otro perro que resonaba en la alcantarilla, o bien que era un zorro que se escondía.

EL RESCATE: UNA CUERDA, UNA CÁMARA Y UN CHORIZO

Ese domingo, la mujer volvió a escuchar el ladrido mientras daba un paseo. Decidió intentarlo por su cuenta: puso un recipiente con agua y pan en el interior del tubo de hormigón. Horas después, ya no estaban. Decidió entonces llamar al 112 con ese indicio de que sí había un animal en la cavidad. La Policía Local se personó de nuevo en la zona.

Uno de los agentes ató un chorizo a un cordel, junto con una cámara deportiva para ver que había en el interior de la alcantarilla. Las imágenes mostraron que Sora estaba allí, he incluso inspeccionó la cámara. El cazador identificó a la perrita y acudió al lugar. Para el rescate, volvieron a introducir comida en el tubo. Una de las veces que el animal asomó la cabeza, el dueño se descolgó por la tubería para cogerla.

Gracias a la insistencia de la vecina que paseaba por el monte, Sora ya está en casa a salvo y en tratamiento por las heridas. Su dueño asegura que "es dura" y que "pronto volverá al monte". Eso sí, hace un llamamiento a las autoridades para que este desagradable episodio no se vuelva a producir. Pide que tapen los agujeros, puesto que "son muy profundos", e igual que un animal puede quedarse atrapado, "también puede caer un niño". Comenta que hay más cavidades similares en el interior del matadero.