HISTORIA INVESTIGACIÓN

Dieta rica en carne limitó el tamaño de poblaciones cazadoras-recolectoras

Las poblaciones de cazadores-recolectores con una fuerte dependencia estacional de la carne en sus dietas tenían menos densidad de población que aquellas que contaban con abundantes alimentos vegetales durante todo el año.

Agencia EFE

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 14:49

Las poblaciones de cazadores-recolectores con una fuerte dependencia estacional de la carne en sus dietas tenían menos densidad de población que aquellas que contaban con abundantes alimentos vegetales durante todo el año.

Así se desprende de un estudio realizado por investigadores del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB) que analiza cómo influyeron los factores ambientales en la densidad de población de las sociedades cazadoras-recolectoras de todo el mundo, y revela vínculos importantes entre la duración de la temporada de crecimiento de las plantas, la composición de la dieta y la densidad de población.

El nuevo estudio, publicado este viernes en la revista "Nature Ecology & Evolution", utiliza un complejo conjunto de cálculos para mostrar que las diferencias en la cantidad de carne en las dietas pueden explicar por qué algunas sociedades estaban menos densamente pobladas que otras.

En regiones con inviernos duros o estaciones secas extensas, la vegetación comestible disponible se reducía considerablemente durante una gran parte del año, lo que hacía que los cazadores-recolectores dependieran en gran medida del consumo de carne.

Debido a que los animales tendían a ser menos abundantes que las plantas comestibles, solo proporcionaban alimentos suficientes para un grupo pequeño de población humana.

En cambio, las poblaciones asentadas en lugares cuyo clima favorecía la abundancia de alimentos vegetales durante todo el año pudieron aprovechar al máximo la producción general del entorno para crecer en mayor número, indica el estudio.

"Básicamente, si las personas tenían que vivir largas temporadas secas o frías cuando los alimentos vegetales escaseaban, se quedaban atrapadas cazando animales relativamente escasos para sobrevivir", ha explicado el investigador del ICTA-UAB Eric Galbraith.

Esto llevó a un "cuello de botella estacional" en la cantidad de alimentos disponibles, que luego estableció el límite general en el tamaño de la población, sin importar cuánta comida había durante los tiempos de abundancia.

"Nos sorprendió descubrir que, a pesar de una larga lista de incógnitas, surgió un resultado muy claro de las ecuaciones del modelo: allí donde las temporadas de cultivo eran cortas, los cazadores-recolectores requerían altas fracciones de carne en la dieta", ha resumido el autor principal del estudio, Dan Zhu.

"Como resultado, podría haber una disminución de hasta 100 veces en la densidad de población humana ante la misma productividad total anual de la vegetación, debido principalmente a la ineficiencia energética de hacer frente a vínculos depredador-presa adicionales", ha remachado Dan Zhu.