La valentía de Coro y Álex, padres de ocho hijos, cinco de ellos adoptados con necesidades especiales
"Dios capacita a los que eligen", asegura Coro, que explica que optaron por el 'pasaje verde' para adoptar, una vía paralela para niños con necesidades especiales
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Para esto, no vale cualquiera. Pero a Coro y a Álex, no les daba miedo. No tienen miedo. Tienen muchas otras cosas. Serenidad, paz, confianza. Y tres hijos, además. Pero querían aumentar la familia y adoptar. Y se fueron a consultar si había niños esperando.
"Le dije, ¿pero no hay niños esperando? "Hay niños, pero no lo que vosotros queréis", me dijeron, a lo que yo contesté, "nosotros queremos ser padres de un niño que exista". Entonces nos enteramos de que había empezado una vía paralela a la adopción ordinaria que se llama pasaje verde, que es la adopción de niños con necesidades especiales", explica Coro.
Qué es el pasaje verde
Con toda esa calma, Coro y Álex, siguieron la senda que les marcaba su idea firme: "Había una lista de unos 4.000 niños esperando una familia, mientras había familias esperando ocho años a un bebé sano. Que te hace gracia porque está sano hoy, mañana ya veremos"
Y se apuntaron al 'Pasaje verde', un camino directo, rápido, para que esos niños con necesidades especiales y específicas encuentren una familia para recibir felicidad. Y Coro y Alex tenían esa felicidad para repartir.
Coro explica que "te dan como un check list con todas las posibilidades de circunstancias médicas y tienes que marcar para lo que te sientes preparado" y ellos señalaron todo.
"Como tenemos fe y sabemos que Dios capacita a los que eligen, hicimos una línea en todo. Cundió el pánico. Nos da igual, hay un hijo nuestro que está esperando, no sabemos decirte que va a tener de todo esto. Llegó nuestro primer hijo con una cardiopatía compleja y aceptaron que nuestro ofrecimiento fuera abierto y libre".
Dios capacita a los que elige. Y ahí están, los Gómez Samblas. Alex y Coro y sus hijos: Coro, Asís, Bosco, Bruno, Olaya, Benjamín y Samuel. Y Borja, que los mira desde arriba. Todos juntos trabajan para que otros niños con discapacidad física o intelectual reciban el cariño que todos los críos deberían conseguir de manera obligatoria. Para esto, les decía, no vale cualquiera. Y, sin embargo, no se trata de valer, sino de querer, en todas sus acepciones.