El Celta se abona al sufrimiento

Los tres equipos que le siguen en la clasificación, a pesar de sus paupérrimos números, impiden a los vigueses despegarse en la pelea por la permanencia

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Claudio Giráldez sobre el mal partido de su equipo en Vitoria

Santi Peón

Vigo - Publicado el - Actualizado

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El Celta no se va a salvar por méritos propios. Solo los tres equipos que tiene por detrás en la clasificación van a permitir que el cuadro celeste se mantenga un año más en Primera división. Porque sus rivales son tan flojos que son absolutamente incapaces de aprovechar los regalos en forma de derrotas que les deja el Celta.

Este fin de semana, en el peor partido desde que Claudio Giráldez se hizo con las riendas del primer equipo, el Celta cayó estrepitosamente ante el Deportivo Alavés. Con la victoria, los babazorros se abrazan a la categoría de forma virtual, aunque falta que lo certifiquen las matemáticas. Mientras, los vigueses siguen inmersos en su política de una de cal y otra de arena para no acabar de despegarse del descenso.

A pesar de la abultada derrota en Mendizorroza, el equipo que más opciones tiene de pelear la permanencia muestra cada jornada su incapacidad para salvarse. El Cádiz, que tenía otra final en casa ante el Mallorca, no fue quien de pasar del empate. Y los resultados de gallegos y andaluces mantienen al Celta con un colchón de cinco puntos sobre el descenso.

El Almería, con su derrota ante el Getafe, certificó su descenso. Algo que solo era cuestión de días, porque sus números no permitían siquiera soñar con una posible remontada. Algo parecido le sucede al Granada, que parece haber cogido algo de fuelle tras la llegada al banquillo de Sandoval. Aún así, tampoco le será suficiente para salvarse, ya que necesita hacer diez puntos más que el Celta. Y el Cádiz sigue en su particular guerra contra sí mismo, en la que se muestra incapaz de obtener los puntos necesarios.

LO PRÓXIMO, RECIBIR AL VILLARREAL

El conjunto olívico ya prepara la visita del 'submarino amarillo' a Balaidos. Como sucedió hace cinco años, cuando el Celta remontó un partido en el que, de perder, hubiese puesto pie y medio en Segunda si no fuera por un excelso Iago Aspas. La afición ya se moviliza a través de las redes sociales para organizar un recibimiento al equipo con el que dar ánimos a la plantilla ante otro duelo trascendental por la permanencia.

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