Las restricciones internacionales son clave y la organizadora Fundarte lo ha anunciado este jueves: al llegarse a la 25 edición, el Festival de Jerez, certamen dedicado al baile flamenco y español que se ha convertido durante el último cuarto de siglo en referencia cultural y turística fundamental en el calendario anual, debe abandonar las fechas habituales de febrero. Lapandemia manda e insta al traslado de esta cita al mes de mayo. Del 6 al 22 de ese mes se espera poder desarrollar en 2021.

En un cuarto de siglo se ha consagrado como un atractivo de gran dimensión. Y ello tanto por el interés de la convocatoria como por la capacidad de atraer hacia la ciudad a cientos y cientos de personas de muchas nacionalidades distintas en unas fechas impensables. Dejada atrás la Navidad que tanto peso tiene en Jerez y el Carnaval de Cádiz con su imponente tirón, nada había conseguido jamás mantener antes de Semana Santa, durante un par de semanas, a tantos visitantes en la provincia en fechas tan raras en lo festivo aquí como lo son las del mes de febrero.

Pero ello fue así hasta que se acuñó el formato que convierte cada año a la ciudad en todo un escenario dedicado a ello. Es cierto que los espectáculos más notorios se desarrollan siempre en el Teatro Villamarta, acostumbrado a que no haya estrella del baile flamenco o compañía de danza que no estrene en sus instalaciones. Pero la cualidad que permite encontrar a sus participantes esparcidos por todo el casco urbano durante esos días reside en que hay otros que tienen lugar en espacios más pequeños, incluidas las peñas flamencas.

20.000 ASISTENTES EN EL FESTIVAL DE JEREZ DE 2020

Hasta las calles son tablaos, más o menos organizados, en los que, en los últimos años, es muy habitual, en medio del devenir cotidiano, encontrar el desarrollo de flashmobs con el flamenco como leitmotiv. Y todo ello sin saturar la primavera o el otoño, que tantos argumentos festivos ofrece siempre para el visitante en Jerez u otros lugares de la provincia. Por ello ha sido siempre plausible la capacidad de generar la presencia de tanto público. En 2020, al borde ya del confinamiento, fue capaz de generar la cifra de más de 20.000 asistentes.

Es el volumen de espectadores en los 45 espectáculos que fueron convocados, 20 de ellos estrenos absolutos. Y, en su totalidad, se correpondió a un 90% de ocupación, impensable en la actual situación en la que los aforos son tan exigentes por mor de mantener la seguridad sanitaria necesaria. Entre ellos se encuentran el millar largo de partipantes en los cursos que se ofrecen y que, el año pasado, congregaron a 40 nacionalidades diferentes (chinos, alemanes, holandeses, franceses, británicos, italianos, japoneses...)

Los rebrotes del Covid-19 en todo el mundo imposibilitan que ello pueda volver a ocurrir, al menos en las fechas estipuladas inicialmente: entre el 19 de febrero y el 9 de marzo. Y la vocación internacional está ya en el ADN del Festival de Jerez. El reciente repunte de la pandemia, especialmente en Europa; las restricciones de movilidad, la obligación de realizar pruebas para detectar el virus en aeropuertos o incluso la obligación de estar confinados a la vuelta del viaje, ponen en serio riesgo la presencia de este público extranjero.

Parece nhaber sido este público éstas las personas que han trasladado con mayor empeño a Fundarte, entidad organizadora de la muestra, sus “inquietudes y preocupaciones” ante la incertidumbre por no saber si podrán trasladarse a Jerez en las fechas inicialmente previstas. "La decisión de retrasar el certamen al mes de mayo busca, además, un escenario internacional más propicio en el control de la pandemia y que el público pueda disfrutar del Festival de Jerez como una experiencia completa, más allá de los escenarios", se señala en un comunicado.

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