Engañaba el sol que se asomó por encima del tejadillo de Las Ventas. El frío ambiental no solo se hizo presente en los tendidos. También en el ruedo. Los tres novilleros, pese a apuntar cosas interesantes, no terminaron de redondear nada ante varios ejemplares de Fuente Ymbro que se fueron con las orejas puestas al desolladero. Sobre todo el noble segundo, el encastado quinto y el enclasado sexto.

No comenzó con buen pie esta primera novillada del año en Madrid. El abreplaza de Fuente Ymbro manseó en los primeros tercios. Se repuchó en varas y apretó hacia la querencia a tablas. En un arreón en banderillas sacó del burladero al subalterno Jesús Montes para herirle en la pierna izquierda. El novillo tuvo sus veinte arrancadas con transmisión en el inicio de faena. Las aprovechó Jorge Isiegas entre las dos rayas para dejar varias series ligadas. El maño sabe manejarse y fajarse con este tipo de animales. Luego se lo sacó más allá del tercio y ahí le pesaron más los terrenos al manso. No gustó el feo bajonazo con el que acabó su actuación Isiegas.

El segundo novillo tardó en definirse. Siempre con la gaita por arriba en los primeros tercios. Sin embargo rompió a bueno en la muleta de Carlos Ochoa tras un notable tercio de varas a cargo de Marcial Rodríguez. El novillero madrileño eligió con criterio los terrenos que demandaba el novillo. En el tercio, al rebufo de las tablas de 10, donde los efectos de Eolo eran menos molestos. El madrileño, tras un inicio por bajo, le cogió el aire a la embestida del ‘fuenteymbro’ por el pitón derecho. Muy roto de cintura el novillero para dar longitud a los muletazos. Esto lo intercaló con otros momentos más verticales, relajando la figura. Al natural también lo llevó muy templado y largo. El final por bernadinas llevó la emoción a los tendidos. Pero un pinchazo previo a la estocada redujo la fuerza de la petición de oreja que hubo. No llegó a la mayoría necesaria. La vuelta al ruedo compensó lo realizado.

Ángel Téllez hizo su presentación en Las Ventas ante un novillo de Fuente Ymbro que tuvo fondo de nobleza en el último tercio aunque con excesiva sosería. El madrileño mostró un concepto clásico aunque la faena navegó entre la voluntad del novillero y la falta de acople en alguno momentos. Nada terminó de rematarse.

El cuarto fue un torito por hechuras y peso. Novillo mansito pero interesante por lo exigente de su comportamiento. Isiegas volvió a mostrar de nuevo su imagen de novillero fajador. Firme y siempre dispuesto, nunca le volvió la cara en una faena que mantuvo siempre el interés. Se ovacionó la disposición del novillero aragonés.

El quinto fue el novillo más completo del encierro pese a sus destartaladas hechuras. Sin embargo mostró galope en sus embestidas, empujó en el peto y desarrolló nobleza y casta en la muleta. Ochoa esta vez se mostró más nervioso y amontonado. Alternó el toreo templado con otros momentos más discretos. También el público se mostró frío y duro con él. Todo se fue diluyendo.

Otro buen novillo fue el sexto. Se desplazó siempre con nobleza y clase en sus embestidas. Más sereno y con más aplomo esta vez Téllez, que corrió la mano con temple y mando tanto al natural en las primeras tandas como en dos series en redondo. Pero quiso alargar en exceso la faena, el novillo acusó el desgaste en su humillada entrega y se perdió la conexión con los tendidos. El fallo a espadas y los dos avisos dejaron en una ovación final el reconocimiento a lo hecho por Téllez.

FICHA DEL FESTEJO

Madrid, domingo 8 de abril de 2018. Un cuarto de plaza (6.577 espectadores)

Novillos de Fuente Ymbro, bien presentados, con cuajo y seriedad de cabezas. Conjunto de juego desigual en el que destacaron el noble segundo, el encastado quinto y el enclasado sexto. El resto, más bajos de raza y de menos prestaciones.

Jorge Isiegas, silencio tras aviso y saludos.

Carlos Ochoa, vuelta y silencio.

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Ángel Téllez, saludos tras aviso y saludos tras dos avisos.