La vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, ha anunciado en esta casa, en COPE, una recuperación en uve asimétrica de la economía recordando que ella ya lo había anunciado.

Claro, es muy obvio. La economía ha caído en picado y ahora se va recuperar. Lo que pasa es que depende de la asimetría será más bueno o menos bueno porque no es lo mismo que nos recuperemos en vertical, con la misma velocidad que hemos caído, que no va a pasar, porque tendría que haberse producido el rebote a que tardemos muchos años en recuperar el nivel del inicio. Por las previsiones que maneja el propio Gobierno, las más optimistas de todas, tardaremos entre dos y cuatro años.

En el 2023, en el mejor de los casos, recuperaremos el nivel de 2019. Eso significa que tendremos en torno a tres o cuatro, o un lustro perdido de crecimiento, de empleo y de riqueza. Eso significa que en 2023 o 2024 volveremos al nivel del año 2019.

Podemos emplear ese tiempo en elevar el potencial de crecimiento de la economía y para ello tendremos que entrar a fondo en las reformas estructurales que se llevan postergando, en el mejor de los casos, desde el año 2018.

¿Estamos dispuestos a ello? Todavía no tenemos noticias de cómo se va a hacer la reforma del mercado laboral para evitar que un 25 por ciento de la fuerza laboral sea temporal, que son los primeros que se van al paro en situaciones precarias.

Descartada la mochila austríaca, ¿cuál es la solución? No tenemos noticia de la reforma de las pensiones, por ejemplo. Es verdad que se van a castigar las prejubilaciones como platea Escrivá? Y la reforma fiscal se fía al mes de febrero del año próximo pero, ¿cuál es el principal requisito para incrementar los ingresos de Hacienda? Que hay empleo y una base de personas amplia que pague impuestos. Tampoco nos han dicho cómo lo van a hacer.

Todo se fía a unos fondos de recuperación que empezarán a llegar en verano pero hay otra cosa que se dice con la boca pequeña, que esos fondos de Europa hay que devolverlos. 70.000 millones van a pagar cotizaciones sociales. Otros 70.000 millones es deuda pública que se emite las autoridades europeas y que España tendrá que devolver a los mercados.

Otros 70.000 son préstamos. Como los que pedimos para rescatar la banca. Préstamos con condiciones.