Extrapolar el resultado de las elecciones de Cataluña en el resto de España sería un error, pero sería un error también pensar que el resultado de esas elecciones no va a condicionar la política en España. El ganador ha sido el PSC y no va a quedarse tranquilamente en la oposición como hizo Arrimadas en las elecciones del año 2017.

Va a intentar formar Gobierno. El problema que tiene es que tendría que formarlo con En Comú Podem, el partido de Iglesias y de Ada Colau, y con Esquerra Republicana, el socio de Otegi, que ya ha salido a reenvidar ese triunfo y a poner condiciones. Condiciones que desbordan por completo la Constitución española. ¿Será Pedro Sánchez un temerario que intentará domar a la bestia? Seguro que lo intenta y eso va a condicionar la vida política española.

El segundo factor, en el centro y en la derecha: Vox ha ganado mucho peso, el Partido Popular tiene que revisar su estrategia en Campaña y Ciudadanos es el objeto de deseo. O sus votantes a izquierda y a derecha, tanto Pablo Casado como Pedro Sánchez van a intentar repartirse esos votos. Veremos si Arrimadas resiste el invite o si al final se van para un lado o para el otro. Lo curioso después de estas elecciones es que seguimos hablando de lo mismo: de supuestos derechos a decidir, que no existen y no están contemplados en la Carta Magna, de referéndums ilegales y nadie habla ni del covid, ni de las víctimas, ni de los hospitales ni de la gestión económica. Acabó el referéndum, acabó el 155 y hay empresas que son ls que crean empleo que siguen marchándose de Cataluña. Van ya más de siete mil.