Pues sin duda es una de esas sentencias que suscita debate, debate social. Y una de esas sentencias en las que a veces te hace pensar cuando se dice tanto aquello de no se puede legislar en caliente, no se puede legislar en caliente. Tenemos un Código Penal que permite ser lo suficientemente eficaz y lo suficientemente contundente, que es por lo que llama la atención la sentencia de la os hablo hoy. Esa condena a 38 años de cárcel para cada uno de los tres jugadores que estaban acusados de agresión sexual a una niña, a una menor de 15 años.

Lo cierto es que esa condena de 38 años ha sido posible a raíz de la revisión que hace el Tribunal Supremo de la sentencia inicial de la Audiencia Provincial de Navarra contra los miembros de la manada de Sevilla. Se revisó aquella sentencia por parte del Supremo y ahí se dijo. No la pidió ninguna de las partes. Si la hubieran pedido, a los componentes de la manada de Sevilla había que haberles condenado a cada uno de ellos por la agresión sexual y también como cooperadores de las agresiones de los componentes del resto del grupo. Eso es lo que ha provocado que la condena contra los jugadores de la Arandina al menos inicialmente sea tan contundente.

Llama la atención, sobre todo por contraste por comparación con otros casos, evidentemente que sean 38 años llama la atención. Es como todas una sentencia que hay que respetar, de la que hay también que aprender que, sin duda alguna tiene un componente de cierta condena con carácter ejemplarizante. Sin duda que está ajustadísimo a derecho también es verdad. Que en este caso las pruebas no existían y ha tenido el tribunal que tirar de indicios, por ahí puede estar la duda más incluso que lo contundente de los 38 años.