Ya sabemos que el Gobierno, el primer Gobierno en coalición de la democracia moderna en nuestro país, está viviendo una luna de miel, en un momento en el que todo es felicidad y amor entre los componentes de ese Ejecutivo, tanto los del Partido Socialista como los de Unidas Podemos. Es lo normal. Sabemos también que este Gobierno, que supuestamente era el de la transparencia, ha escrito negro sobre blanco que cuando se lleven mal, que pasará, no nos lo van a decir, o sea que nos van a mentir.

Pero con todo ese contexto, hoy ya ha habido una primera divergencia: ya está diciendo una cosa el presidente y otra totalmente distinta el vicepresidente de ese mismo Gobierno. ¿De qué hablo? De Juan Guaidó, el presidente interino de Venezuela. El presidente del Gobierno, en su momento, tal y como hicieron la mayoría de los países de nuestro entorno, reconoció a Guaidó como el presidente de Venezuela. ¿Qué ha hecho hoy su vicepresidente, Pablo Iglesias? Decir que Guaidó es como mucho uno de tantos líderes de la oposición. Es una divergencia notable, que además versa en torno a la política exterior de nuestro país. Que se pongan de acuerdo, aunque solo sea por una cuestión de imagen, a pesar de que esto de Venezuela es mucho más que eso.