Dani Molina tenía 22 años cuando sufrió un accidente de tráfico, este trágico suceso provocó que perdiera una de sus piernas. Desde lo tres años Dani practicaba deporte, era un gran aficionado a la natación, la bicicleta y también a salir a correr, pero la vida le llevó por otros caminos.

Después del accidente, Molina engordó cerca de 40 kilos y un día se encontró con su antigua monitora de natación, que le dijo que no podía seguir en esa situación. Desde ese momento empezó a entrenar y a cosechar logros en la modalidad del triatlón. “Llevo dos años sin bajar del podium, me encuentro en un momento muy dulce y es un lujo poder compartirlo con mis familiares y amigos”.

A pesar de no tener una pierna, Dani reconoce que no cambiaría su vida actual por otra. “Nadie quiere pasar por un trauma así, pero ahora mismo no cambiaría mi vida por otra. Los logros que he conseguido no los hubiera obtenido con dos piernas. Otro Dani sería una persona muy diferente”.

Por último, Dani ha subrayado que, después de sufrir un accidente de este tipo, se fija la atención en cosas que antes no tenían importancia. “Ahora mismo si tuviera que pedir un deseo pediría cosas inmateriales. Hay cosas más importantes que el dinero, y es poder compartir la vida con tus seres queridos e intentar que tus hijos no pasen por una situación como la que me toco pasar a mí”.