Pues nos quedan unos cuantos días, unas cuantas semanas, de darle vueltas permanentemente a lo mismo. No nosotros, sino los políticos a los que ayer votamos. Es decir, semanas en las que se va a alargar no ya una incertidumbre, sino una inestabilidad que llevamos arrastrando desde el año 2015. Al menos, desde el 2015.

Ya no se descarta ningún escenario. Ni siquiera el de una posible repetición de las elecciones. Y eso a pesar de que ayer Pedro Sánchez les dijo a sus militantes (algo irritado, por cierto) aquello de ‘Sí o sí un Gobierno progresista’. Que es casi tanto como decir ‘Gobierno a cualquier precio’.

Y ahí sí que hay poner una barrera. Porque el precio que ya están marcando, por ejemplo, los independentistas, a los que podría acabar recurriendo Pedro Sánchez, es nada menos que la amnistía y nada menos que la autodeterminación.

Tampoco es pequeño el precio que le ponen desde Unidas Podemos. Ya hablan de una vicepresidencia para Pablo Iglesias y hasta siete ministerios.

 ¿De verdad sí o sí? ¿De verdad a cualquier precio? Veremos, Sánchez.