A una semana vista de la sesión de investidura, Pedro Sánchez ha roto las negociaciones con Pablo Iglesias a quien acusa de justificar su no a apoyarle, apelando a las bases de Podemos.

La consulta del líder de la formación morada a las bases del partido preguntando si apoyan un gobierno de coalición PSOE, Podemos o un gobierno solo del PSOE, ha sido calificada por Sánchez como una mascarada y la ruptura de las negociaciones.

A una semana vista la cosa esta tan clara como que, o Pedro Sánchez acepta tener sentado en el consejo de ministros a Pablo Iglesias con una cartera, sea la de vivienda o marina, o no tendrá el apoyo de Podemos para ser investido.

Pueden marear la perdiz las veces que quieran con reuniones, ofertas y eufemismos varios sobre gobiernos de cooperación y ministros técnicos, pero mientras Sánchez no acepte a Iglesias como ministro, no hay nada que hacer.

Y no parece que Sánchez sea tan imprudente como para sentar a Iglesias en el consejo de ministros.

El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, ha advertido hoy sobre la debacle económica que puede generarse con Podemos en el Gobierno.

Si Sánchez no consigue ser investido la semana que viene, la opción de repetir las elecciones antes que formar un gobierno condicionado por Iglesias en los términos que sugiere la negativa del propio Sánchez a darle una cartera, sería un mal menor.

Antes repetir las elecciones que un mal gobierno o un gobierno débil.