La estabilidad política cotiza cada vez mas a la baja en España y en todos los estadios de las administraciones, nacional, autonómica y municipal.

Digamos que la inestabilidad política española es inversamente proporcional a la perdida de peso del bipartidismo y a la irrupción de fuerzas a izquierda y derecha de PSOE y PP. Sánchez intenta negociar su investidura con Pablo Iglesias que de entrada le dice que qué hay de lo mio, o sea de lo suyo. Que cuantos ministerios le da a cambio de los votos de Podemos y amenaza con no apoyar su investidura si no le sienta en el Consejo de Ministros.

El qué hay de lo mío es también lo que le reclama Vox al PP, que de una tacada ha roto relaciones con los populares y de paso rompe un principio que en política debe preservarse para que no te pase factura a futuro: el de la discreción. Vox se pasa a la oposición y renuncia en Madrid a cargos públicos en el Ayuntamiento tras acusar a los populares de no cumplir el acuerdo de tres puntos que firmaron sus secretarios generales y cuyo punto tercero especifica el compromiso de las partes a mantener discreción del acuerdo.

Cosa que Vox se ha pasado por el arco del triunfo tras hacerlo público 14 días antes de que expirara el plazo de 20 días que se habían dado para desarrollarlo. Los de Abascal sostienen que según lo acordado se les prometió concejalías de gobierno y responsabilidades directivas en empresas municipales.

El PP entiende sin embargo que el acuerdo se cumple con la oferta de las concejalias delegadas de medioambiente y obras, que también son de gobierno ( equivalentes a secretarias de estado de ministerios) y las presidencias de juntas de distrito como Salamanca y Tetuán. No parece a simple vista , teniendo en cuenta que Vox tiene solo 4 concejales, que su presencia en los órganos de gobierno del ayuntamiento sea insignificante.

Veremos hasta dónde quiere llevar Vox su órdago y si esto preludia imposibilitar gobiernos de centro derecha en Madrid y Murcia donde PP y Cs tienen ya muy avanzados sus acuerdos para gobernar ambas comunidades.

Desde Ciudadanos recuerdan a Vox que hace 4 años los de Rivera sellaron pactos programáticos de gobierno con el PP como antes habían hecho en Andalucía con el PSOE sin pedir sillones ni pisar moqueta. Cuatro años después es evidente que lo de los acuerdos programáticos están muy bien para maquillar los objetos de deseo de cuantos de forma transversal desde Podemos a Vox ponen precio a sus votos: despachos y coches oficiales.

Bueno hablaremos de la ruptura de Vox con el PP, de la nueva conversación de Sánchez e Iglesias sobre la investidura del primero que ha acabado en fracaso y de la situación en Ciudadanos tras la salida de los 3 dirigentes que apuestan por negociar y apoyar a Sánchez.