La oración del día: San José

Él es el siervo bueno y fiel del Evangelio, que ha cuidado con esmero de su Esposa e Hijo para que el plan divino llegue a todos los hombres

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Cristo en el Evangelio, ante la pregunta que le hacen los fariseos sobre el ayuno y los discípulos de Juan Bautista, el Maestro les dice que mientras el novio está con los convidados, éstos no deben ayunar. En este día, la Iglesia vive eso con la celebración de San José, en el ecuador del Tiempo de Cuaresma. Oriundo de la estirpe de David, es el castísimo Esposo de la Virgen María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Él es designado por la Providencia para que haga las veces de padre del Señor.

Su vida en el hogar de Nazareth, transcurre entre Jesús y María. Él es el siervo bueno y fiel del Evangelio, que ha cuidado con esmero de su Esposa e Hijo para que el plan divino llegue a todos los hombres. Su vida siempre supone fidelidad, como cuando la Virgen está encinta y él se la lleva a Belén, donde Ella dará allí a luz a su Hijo Primogénito. Su protección está asegurada en el Portal, en la huida a Egipto y en la casa de Nazareth.

Él es fiel cumplidor de la Ley cuando presenta a su Hijo en el templo para cumplir con lo que dijo Dios por medio de Moisés acerca de cómo consagrar a todos varones recién nacidos. Cumplida su misión entra lleno de dones en el Reino de Dios. Mucho han escrito los Pontífices en los últimos tiempos sobre San José. Tanto San Juan Pablo II como Benedicto XVI y el Papa Francisco han mostrado su amor por el Esposo de la Virgen y el Padre adoptivo de Jesús al que San Juan XXIII introdujo en la Misa para que se citase de forma explícita.

Oración

Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a su Hijo,

en ti María depositó su confianza,

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía,

y defiéndenos de todo mal.

Amén.

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