La HOAC pide que "la injusticia no tenga la última palabra"

Dentro de las activas formativas que la HOAC ha desarrollado a lo largo de la semana en Salamanca, los militantes han realizado un gesto público, la construcción de un muro, para poner de manifiesto la precariedad laboral existente en el mundo. Para este movimiento de Acción Católica especializada es necesario poner de manifiesto “los innumerables gestos, actitudes, iniciativas y experiencias humanizadoras que ya existen dentro de él y que nos deben animar para lograr un trabajo digno y una sociedad decente” conforme a la Doctrina Social de la Iglesia.

Este muro, construido en la plaza de Anaya de Salamanca, junto a la catedral y levantado con la ayuda con algunos de los fieles de las parroquias del centro de la ciudad, simboliza la “deshumanización y empobrecimiento, debido a la ausencia de amor, de fraternidad, de justicia”. Un muro llamado a ser derribado por “los militantes obreros cristianos -junto otras muchas personas de buena voluntad-” llamados a “transformar, porque nuestra fe en el Dios creador y liberador, el Dios de Jesús, nos llama a exigir que el trabajo sea digno para que la sociedad sea decente”.

El acto incluyó un llamamiento “a la esperanza, a la resurrección, a la vida. Por tanto, el trabajo debe ser un instrumento para la vida, para continuar la obra creadora de Dios”. Un compromiso para los seguidores del movimiento para “seguir acompañando la vida de las personas, colaborando a un cambio de mentalidad, contribuyendo a un cambio en las instituciones y visibilizando experiencias alternativas de otras formas de vivir y de trabajar”.