Corpus Christi: Jesucristo nos revela que Él mismo es el pan de la vida

El periodista y sacerdote Josetxo Vera, reflexiona en 'Chateando con Dios' sobre el significado del Corpus Christi

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Tengo que reconocer que, ahora que empieza la normalidad y que volvemos a nuestras costumbres, yo también soy de los que, en estos tres meses de pandemia, he hecho pan. Y realmente he descubierto que es muy sencillo: medio kilo de harina, 330 gramos de agua, un poquito de sal y levadura, lo amasas y lo dejas enfriar. Al día siguiente lo metes en el horno media hora y ya tienes pan. Te conviertes en un panadero. Y me ha venido al pelo para reconocerme bien en las lecturas de este domingo que celebra la Eucaristía.

La Eucaristía habla, en las lecturas, del pan. Concretamente cuando Moisés, en el Antiguo Testamento, con su pueblo andando por el desierto durante 40 años, a las puertas de la Tierra Prometida, les dice a los judíos: “Acordaos del Señor, Él​ os ha dado el pan del cielo, el Maná, Él os ha cuidado cuando faltaba el agua y cada día ha hecho aparecer para vosotros el Maná”. Ese pan que aparecía cada mañana en el campamento, y del cual se alimentaron durante décadas los judíos en el camino por el desierto.

Lo escuchamos de manera especial en el Evangelio cuando Jesucristo nos revela cual es el nuevo pan del Cielo, que es Él​ mismo, el pan de vida. Y eso es lo que celebramos este domingo en la Eucaristía, es la fiesta del Corpus Christi, uno de esos “jueves que brillan más que el sol”, y que nos recuerda la presencia de Cristo realmente en la Eucaristía.

El Señor nos lo dice con dos palabras que nos pueden ayudar en nuestra vida cristiana. En primer lugar, afirma que “quien no come de este pan, no tiene vida en Él”. Sin el cuerpo de Cristo no tenemos vida en nosotros. Lo hemos experimentado muy de cerca en estas semanas que hemos vivido con el ayuno eucarístico, al no poder asistir a las celebraciones eucarísticas y las seguíamos por televisión. ¡Qué bien ha estado, ha sido maravilloso poderte unir a una celebración! Pero no hemos podido comulgar en todo este tiempo.

Ahora que podemos volver a comulgar, tenemos que recibir ese alimento que es la vida para cada uno de nosotros. Los cristianos no podemos vivir sin Jesucristo y el pan de vida es el cuerpo de Cristo. Nosotros lo tenemos que recibir habitualmente porque así recibimos el cuerpo de Cristo con el que tenemos vida en nosotros. Pero no solo es para la vida de este mundo, es también para la vida eterna. "El que come de este pan, vivirá para siempre”. Es como una promesa repetida. Este domingo lo escuchamos al comienzo de la lectura del Evangelio y al final.

Es decir, Jesucristo no es solo la vida para este momento, sino que es la vida para la eternidad. Y esto es importante en los tiempos en los que vivimos: por un lado, es el pan, que ha sido protagonista en tantas casas, y por otro lado el pan de la Eucaristía que nos ha faltado. También Jesucristo es el pan que nos anuncia la vida eterna y que cuando hemos tenido que despedir, sin despedir, a tanta gente que ha fallecido, la esperanza que nos queda es la Palabra del Señor. “El que coma de este pan vivirá para siempre, la muerte no vencerá”.

A nosotros nos queda unirnos a esa salvación para tener vida, para poder salir a celebrar el Evangelio. Jesucristo, cuando está presente en tu vida, es la gran presencia. Y cuando falta, es la gran ausencia. A veces suelo decir que nosotros no vivimos en Alaska, no tenemos que andar 17 horas para llegar a misa. Para muchos de nosotros es muy fácil acudir a la celebración de la Eucaristía y si no lo hacemos nos estamos perdiendo la vida que Cristo nos da.

Los cristianos no caminamos hacia el final de nuestras vidas, sino hacia el comienzo de nuestra vida. Ojalá que lo vivamos así en esta fiesta del Corpus Christi. Acercarnos a Cristo presente en la Eucaristía, reconocerlo, descubrirlo, participar y vivir de Él​ para toda le eternidad.

Además, la Iglesia, en esta fiesta del Corpus Christi, siempre tiene el recuerdo para las personas necesitadas y hace una colecta para las personas que sufren el hambre. Es una colecta para Caritas. Creo que es bonito hacer todo este recorrido: darnos cuenta cómo Dios cuidó al pueblo de Israel y le dio alimento. Que este domingo sea realmente el Corpus Christi, la presencia de Cristo, el pan que da la vida, el pan que nos dará la vida eterna.

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