La tentación y el pecado, protagonista en el Evangelio del primer domingo de Cuaresma

El sacerdote y periodista Josetxo Vera explica en 'Chateando con Dios' el origen de todo 

Tiempo de lectura: 2’

Este 1 de marzo es el primer domingo de Cuaresma, que comenzamos el pasado 26 de febrero, Miércoles de Ceniza. En la lectura de este domingo, en la misa nos encontraremos con la madre del cordero, es decir, con el centro del por qué de todo, tal y como explica el periodista y sacerdote Josetxo Vera en su vídeo semanal 'Chateando con Dios'.

Como hemos comentado, desde el pasado miércoles estamos en Cuaresma, en la que recibimos la imposición de la ceniza que nos recuerda que somos polvo y en polvo nos vamos a convertir, o conviértete y cree en el evangelio. Somos conscientes de que hemos empezado un tiemo especial en la vida de la Iglesia, y el domingo escucharemos el meollo de la cuestión, que es el el pecado.

En la Primera Lectura escuchamos cómo fue la creación del hombre y de la mujer, el Génesis, la vida pacífica en el Paraíso, el mandato del Señor “no comáis del árbol del bien y del mal”, al cual la serpiente no hace caso y tienta a Adán y Evaque acaban por comer de ese árbol y cometen el primer pecado.

A partir de ese primer pecado, viene todo lo demás. El hombre fue creado para estar en comunión con Dios, y en ese momento se rompe esa comunión, por lo que Dios inicia su camino para restablecer la comunión con el hombre. Tras cometer el pecado, escuchamos en el Salmo de este domingo: “Misericordia Señor, hemos pecado”. El hombre es hombre cuando se da cuenta de su pecado, se hace más grande cuando pide perdón.

La Segunda Lectura de este domingo se nos ofrece la respuesta de Dios: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”, lo cual es muy hermoso. El Señor nos está ofreciendo su gracia y misericordia para que vivamos serenamente en paz. Somos consciente de los pecados y la gracia que Dios nos da.

Durante los domingos de Cuaresma, escuchamos los evangelios esenciales sobre nuestra conversión y deseo de cambiar de vida. Este primer domingo se refiere a las tentaciones de Jesús. El diablo quiere tentarnos, lo intentó con Jesucristo pero salió victorioso porque salió bien preparado del desierto, su ayuno, su relación cercana con el padre, lo cual le hizo fuerte y tuvo la respuesta correcta para cada tentación. “Al final, el diablo se fue”.

En nuestro corazón tenemos que unir estas lecturas para conseguir la enseñanza que nos propone la Iglesia este primer domingo de Cuaresma: existe el pecado, necesitamos pedir la misericordia de Dios ante este pecado, escuchar que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia.

En el Evangelio recibimos el testimonio de Jesucristo y escuchamos qué necesitamos para esa tentación: el ayuno, preparar nuestro corazón, olvidarnos de nosotros mismos, alejarnos de lo que nos distancia de Dios, vivir el amor de Dios y al prójimo con intensidad. Es el ayuno que nos hará fuertes para vencer a la tentación y al pecado. Así hasta la Victoria Pascual.

Religión