San León Magno

Precisamente la misión que Dios le encomendó, la desempeñó con gran celo pastoral y apostólico en bien de las almas. Su espíritu sacerdotal se manifiesta cuando hace frente a las dos dificultades presentadas: Una interna, como son las herejías; y otra externa, que es el caso de los bárbaros. Respecto a este último punto, logró que los invasores no destruyesen la Ciudad Eterna. De él se conservan varios legados, entre los que se encuentran sermones y cartas varias, que constituyen un tesoro y una gran riqueza para la comunidad eclesial. Todos estos gestos le valieron el apelativo de Magno. Muere el año 460. Una de sus frases más famosas, la pronunció durante una homilía en Navidad y decía así: “Reconoce ¡Oh cristiano! tu dignidad. El Hijo de Dios se vino del Cielo por salvar tu alma”. Precisamente sobre el Misterio del Dios que se hace Hombre para salvarnos es sobre el que más escribe y reflexiona dentro de sus alocuciones. Iconografía: Se le representa con la Mitra y el Báculo signo de su dignidad papal. Otros Santos: Modesto, Justo y Noé.