Iglesia y Democracia

El Card. Sebastián y Mª Teresa Fdez. de la Vega reflexionan sobre las relaciones Iglesia-Estado

En la sesión inaugural del Congreso 'La Iglesia en la Sociedad Democrática', ambos analizan esta relación desde el punto de vista histórico y de futuro

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El auditorio de la Fundación Pablo VI de Madrid ha acogido esta tarde la sesión inagural del Congreso 'La Iglesia en la Sociedad Democrática', que entre este miércoles y jueves evalua las relaciones entre la Iglesia y el Estado, sobre todo desde la Transición hasta nuestros días.

El cardenal Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona y de Tudela -figura fundamental durante los primeros años del período democrático, desde su puesto en la Secretaría General de la Conferencia Episcopal-, ha comenzado analizando el momento actual que vive la sociedad española.

“Los españoles llevamos ya 40 años viviendo en democracia, pero todavía no nos lo creemos del todo. Nos quedan temores, desconfianzas, restricciones. No nos aceptamos como somos, Persisten por un lado las rigideces de quienes quieren retener la vida de la sociedad en el marco de situaciones ya superadas. Y padecemos también la presión de quienes pretenden una sociedad pura, del todo nueva y en todo conforme con sus ideales, aunque para conseguirlo haya que eliminar a una buena porción de los ciudadanos. No podemos decir que hayamos alcanzado unos buenos niveles de cultura democrática”, ha señalado el cardenal.

El arzobispo emérito de Pamplona y de Tudela también ha recordado que el respeto a la libertad religiosa es un síntoma fundamental de cultura democrática. “Cumpliendo perfectamente sus obligaciones civiles, el ciudadano es libre para creer o no creer, libre para amar y servir al prójimo, para rezar y esperar la misericordia de Dios, libre para vivir en este mundo conforme a los preceptos y modelos de la vida eterna. De esta forma se entiende que el respeto a la libertad religiosa sea una de las exigencias fundamentales de toda verdadera democracia. El recelo contra la religión de los ciudadanos, la restricción de los derechos de la Iglesia es siempre un síntoma innegable de falta de espíritu democrático”.

El cardenal Sebastián también ha reflexionado sobre lo que la Iglesia aporta a la sociedad. “El mejor tesoro y el patrimonio más importante de una sociedad no son los monumentos, ni las instituciones, ni siquiera las leyes, lo más valioso y decisivo en la vida de una sociedad son las personas. Una sociedad es dinámica y feliz si en ella abundan las personas competentes, honestas, sinceramente comprometidas con el de la comunidad. Estas personas pueden provenir de muchos hogares distintos. Pero es evidente que la Iglesia tiene como fin primordial la promoción de estas personas justas, convertidas de corazón ante Dios y comprometidas en el servicio al bien del prójimo. Promover estas personas y animarlas a situarse en la sociedad de forma responsable y activa es el mejor servicio, callado servicio, que la Iglesia, desde las parroquias, desde los colegios y las mil instituciones educativas de distinta categoría que promueve y mantiene va cumpliendo cada día, sin solemnidades y muchas veces sin el menor reconocimiento”, ha añadido el arzobispo emérito de Pamplona y de Tudela.

Los católicos somos ciudadanos como todos los demás y tenemos derecho a participar en la vida democrática con la misma libertad y la misma intensidad que los socialistas o los comunistas. La Iglesia no es una amenaza para la democracia ni para las libertades de los ciudadanos, sino que es una defensora convencida de las libertades y los derechos de las personas, de todas las personas, desde su concepción hasta su muerte”, ha señalado el cardenal Sebastián, que ha concluido recordando que “la sociedad española puede contar con la Iglesia y con los católicos como ciudadanos leales, colaboradores eficientes en la construcción permanente de una sociedad cada vez más humana, más justa y más feliz, al servicio del bienestar y la prosperidad de todos los españoles sin distinción y discriminación alguna. Este es nuestro deseo sincero. Este es nuestro compromiso personal e institucional”, ha concluido el cardenal Sebastián.

Por su parte, María Teresa Fernández de la Vega también ha valorado la importancia de las relaciones entre la Iglesia y el Estado. La presidenta del Consejo de Estado ha recordado cómo la globalización ha convertido la ética occidental en una opción más, en un mundo cada día más relativista.

La exvicepresidenta del Gobierno ha señalado, además, que bajo su punto de vista, el Estado debe ser laico, y que la opción religiosa debe permanecer en el ámbito privado, sin menoscabo de la labor asistencial que realizan instituciones como la Iglesia Católica.

De la Vega también asegurado que el Estado no debe inmiscuirse en las cuestiones de la fe, así como la Iglesia no debe introducirse en la res pública, que le corresponde al Parlamento y al Gobierno. La exvicepresidenta del Gobierno ha recordado también el importante papel que debe jugar la Iglesia respecto a la sociedad en el fomento de valores como la igualdad, la justicia social o la necesidad de ahuyentar las políticas del miedo al otro.

La presidenta del Consejo de Estado también ha señalado que, a su juicio, la objeción de conciencia debe ser regulada, porque "no es aceptable" la visión de considerarla como un "derecho humano que pretende incluir a todos los funcionarios públicos". 

Por último, de la Vega ha concluido su discurso con un tirón de orejas para la Iglesia, a la que ha urgido a implantar una política de igualdad entre hombres y mujeres, más acorde con los tiempos que corren y con la mentalidad de la sociedad actual -ha dicho-, a la vez que ha pedido que se abra la puerta al sacerdocio femenino, algo que ha calificado como la única forma posible de dotar de una mayor cuota de poder a las mujeres en el seno de la Iglesia, y ha lamentado la falta de avances en la Comisión para el estudio del diaconado femenino instituida por la Santa Sede en 2016. De la Vega considera que esta política de equiparación entre hombres y mujeres en la Iglesia no tendría problema en encontrar acomodo en el discurso evangélico.

Este jueves continua el Congreso 'La Iglesia en la Sociedad Democrática' con diversas mesas redondas como, por ejemplo, la que moderará Carlos Herrera. El comunicador de 'Herrera en COPE' dirigirá el debate entre el cardenal Antonio Cañizares y el exvicepresidente del Gobierno Alfredo Pérez Rubalcaba, que abordarán el papel de la Iglesia en la cultura y la educación. Además, por la tarde, otra mesa redonda congregará a Pablo Casado, presidente del Partido Popular, y a Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, que reflexionarán sobre el papel que debe jugar la Iglesia en una sociedad democrática.

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