El Papa propone la cultura del encuentro y de la acogida frente a los que invitan a "desconfiar de los otros"

Tras la disolución de la Unión Soviética cerca del 37 % de los ciudadanos en Letonia son de origen ruso lo que está generando algunos problemas de convivencia e integración

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El Papa Francisco ha recordado la necesidad de la integración, de la creación de trabajo y de la natalidad para el futuro de un país, y en especial de Letonia, en el discurso que ha pronunciado hoy ante las autoridades letonas.

El viaje del Papa a estos países coincide con el centenario de la primera declaración de independencia y en su discurso ha señalado que ellos conocen "muy bien el precio de esta libertad que han tenido que conquistar y reconquistar" tras 50 años de ocupación soviética y el periodo de la invasión nazi.

El Papa ha propuesto la cultura del encuentro y de la acogida frente a los que instrumentalizan la "seguridad" e "invitan a desconfiar de los otros", durante la misa que ha celebrado en el santuario mariano de Aglona, en Letonia, segunda república báltica que visita.

"En tiempos donde pareciera que vuelve a haber modos de pensar que nos invitan a desconfiar de los otros, que con estadísticas nos quieren demostrar que estaríamos mejor, seríamos más prósperos, habría más seguridad si estuviéramos solos, María y los discípulos de estas tierras nos invitan a acoger, a volver a apostar por el hermano, por la fraternidad universal", ha señalado el Pontífice ante los fieles que se han acercado para escuchar su palabra en un país donde casi el 40% declara no tener religión.

Ha añadido que "la celebración del centenario recuerda la importancia de seguir apostando por la libertad y la independencia de Letonia, que ciertamente son un don", pero "también una tarea que implica a todos".

El Papa ha insistido en que "trabajar por la libertad es comprometerse por un desarrollo integral e integrador de las personas y de la comunidad".

Tras la disolución de la Unión Soviética (1991) cerca del 37 % de los ciudadanos en Letonia son de origen ruso lo que está generando algunos problemas de convivencia e integración.También en su discurso, el Papa ha abordado el problema de la baja natalidad en el país que, unida a la inmigración, ha provocado que desde su entrada en la UE en 2004 haya perdido casi una quinta parte de su población.

"Si hoy se puede hacer fiesta es gracias a tantos que han abierto caminos, puertas, futuro, y les han dejado en herencia la misma responsabilidad: abrir futuro poniendo la mirada en que todo esté al servicio de la vida, generando vida", ha indicado Francisco.

Ha hecho hincapié en la necesidad de crear trabajo para evitar la emigración, "para que nadie necesite desarraigarse para construir su futuro".

Ha subrayado, asimismo, que "el índice de desarrollo humano también se mide por la capacidad de crecer y multiplicarse" y que "el desarrollo de las comunidades no se produce únicamente, y menos se mide, por la capacidad de bienes o recursos que se posean, sino por las ganas que se tenga de engendrar vida y crear futuro".

Francisco ha destacado que "esta ciudad, como todo vuestro país, ha estado marcada por duras pruebas sociales, políticas, económicas y también espirituales -fruto de las divisiones y conflictos del pasado-", pero hoy "se ha convertido en uno de los principales centros culturales, políticos y portuarios de la región", añadió.

"Ha sabido cambiar su luto y dolor en canto y danza y se ha esforzado en transformarse en lugar de diálogo y de encuentro, de convivencia pacífica que busca mirar hacia adelante".

El Papa ha aplaudido en su discurso que han sabido "generar nuevas dinámicas sociales frente a todos los intentos reduccionistas y de exclusión que siempre amenazan el tejido social".

El Pontífice se ha referido a la convivencia de las diferentes Iglesias cristianas que han conseguido "desarrollar una comunión en las diferencias" ya que en el país hay un 20 % de católicos, un 23 % de luteranos y un 11 % de ortodoxos.

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