En el Vaticano

El Papa Francisco advierte sobre el odio y la discriminación en una conferencia sobre racismo y xenofobia

Organizada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, este encuentro ha reunido a expertos venidos de instituciones como la ONU, el Consejo de Europa y de otras iglesias cristianas.

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Aunque tenía un discurso preparado, el Papa Francisco ha decidido improvisar unas palabras ante los asistentes a la “Conferencia Mundial sobre xenofobia, racismo y nacionalismo populista en el contexto de las migraciones globales” celebrada en el Vaticano. “He escrito un discurso para leerlo, pero es algo largo... Por eso, prefiero deciros dos o tres palabras de todo corazón y después saludaros uno por uno: esto es muy importante para mí. Os pido que no lo toméis a mal” ha explicado el Papa antes de entregar una copia a los presentes del discurso que tenía preparado y que no ha leído.

Un discurso en el que el Papa denuncia el aumento de sentimientos que ya estaban superados. “Sentimientos de sospecha, de miedo, desprecio y hasta de odio frente a individuos o grupos considerados diferentes a causa de su origen étnico, nacional o religioso y, como tales, no considerados lo suficientemente dignos de participar plenamente en la sociedad”.

“La gravedad de estos fenómenos no puede dejarnos indiferentes. Todos estamos llamados, en nuestras respectivas funciones, a cultivar y promover el respeto de la dignidad inherente a toda persona humana”, señala Francisco, que también ha escrito unas líneas para los educadores y formadores. “Se les pide que renueven su compromiso para que en la escuela, en la universidad y otros lugares de formación se enseñe el respeto de cada persona humana, no obstante las diferencias físicas y culturales que la distinguen, superando los prejuicios”.

También los periodistas son señalados por el Papa como corresponsables del necesario cambio de mentalidad. “Tienen el deber de ponerse al servicio de la verdad y difundir la información preocupándose de favorecer la cultura del encuentro y la apertura hacia el otro, en el respeto mutuo por la diversidad”.

Pero, sobre todo, el Papa apunta a los líderes religiosos. “Tienen una importante misión: difundir entre sus fieles los principios y valores éticos grabados por Dios en el corazón humano, conocidos como ley moral natural. Se trata de cumplir e inspirar acciones que ayuden a construir sociedades basadas en el principio de la sacralidad de la vida humana y del respeto por la dignidad de cada persona, sobre la caridad, la fraternidad - que va mucho más allá de la tolerancia - y sobre la solidaridad".

Francisco concluye su discurso con un deseo. “Espero que de la reunión que acaba de concluir surjan muchas otras iniciativas de colaboración para que juntos podamos construir sociedades más justas y solidarias”.

Aquí puede leerse el discurso completo.

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